El Plan Económico-Financiero de Saneamiento de Plaza prevé que la sociedad pública perderá desde el 2014 hasta el 2018 49.845.620 millones de euros. No tendrá beneficios, según las previsiones de la gerencia de la empresa, hasta el 2019, y ascenderán ese año a 2,9 millones de euros. El 2020 alcanzarán los 9,7 millones. La plataforma cerró el ejercicio del 2013 con un resultado que arroja unas pérdidas de 33,2 millones.

El plan de saneamiento, al que ha tenido acceso este diario, se presentó en el consejo de administración de Plaza el pasado lunes. No se aprobó porque algunos de los consejeros no habían tenido tiempo de estudiar el documento. El plan, elaborado por el gerente, Jesús Andreu, tiene el visto bueno del máximo responsable de la sociedad, Rafael Fernández de Alarcón, como él mismo reconoció esta semana en la comisión de investigación que se desarrolla en las Cortes.

LAS VENTAS SE DISPARAN El documento maneja como horizonte temporal el año 2020, y contempla una evolución muy positiva de las ventas. Esta previsión, se advierte en el plan, estima que en el plazo de seis años la sociedad se habrá desprendido del 75,52% de los metros cuadros de suelo industrial terminado y del 75,14% de los metros de naves disponibles. Se indica que es un objetivo "muy ambicioso", que solo podrá lograrse "si el entorno económico en los próximos ejercicios es muy favorable, y se produce una recuperación del mercado de una manera intensa, con un fuerte crecimiento de la demanda". Es decir, que la gerencia fía el futuro de la compañía a la salida de la crisis. Y no solo eso. Se indica que deberá apoyarse también con "inversiones en infraestructuras ferroviarias de conexión con los puertos.

Tan ambicioso es que la sociedad prevé ingresar solo 840.567,18 euros por ventas en el 2014. Pero a partir de ahí las cifras se disparan. En el 2015 entrarán ya 2,1 millones; 10,3 en el 2016, 13,3 en el 2017, 19,6 en el 2018, 27,8 en el 2019, y 49 millones en el 2020. En seis años las ventas se tienen que multiplicar por 59 para alcanzar las estimaciones de los responsables de la empresa.

El optimismo lleva a no considerar "la posibilidad de que se produzcan nuevos deterioros en los activos de la sociedad". La gerencia no prevé que las tierras y las naves pierdan valor, como lleva ocurriendo en los últimos ejercicios. De no cumplirse esta previsión, en el documento ya se señala que se deberían producir los ajustes "correspondientes empeorando los resultados de la compañía".

El plan de saneamiento realiza además dos proyecciones destinadas a los socios: Gobierno de Aragón, Ibercaja, CAI y Ayuntamiento de Zaragoza. Si las ventas previstas en un primer momento se redujesen, respecto a las previsiones, un 33,33%, los cuatro accionistas tendrán que aportar a la sociedad desde el 2015 y hasta el 2020 44,7 millones de euros en diferentes anualidades. Si vienen mal dadas y solo se logra vender el 35% de lo estimado, los socios deberían poner 65,7 millones. En el documento además se apunta: "Es absolutamente imprescindible el apoyo financiero de los accionistas para garantizar la continuidad de la compañía y su esfuerzo dependerá de los ingresos".

Mientras tanto, Plaza podrá seguir funcionando con normalidad y atendiendo al pago de los saldos pendientes a proveedores siempre que se obtenga la financiación que según los gestores necesita la sociedad. Además de las aportaciones de los socios, será precisa la obtención de "nuevos préstamos participativos", que ascenderán hasta el 2018 a 65,9 millones de euros. Este mismo 2014 la empresa pública precisará de 10,8 millones, aunque será el próximo ejercicio cuando más dinero precisará: 25,5 millones. En el 2016 será 15,3 millones, 11,1 en el 2017 y 3,1 en el 2018.

Si no se consigue "el riesgo de que la sociedad no pueda atender sus obligaciones de pago es elevado, por lo tanto es imprescindible que se articulen las medidas oportunas para que la compañía obtenga los recursos financieros previstos en este plan de negocio", se explica en el documento.