Para los adeptos a la derecha más dura, el arranque de la campaña ha tenido que ser muy desconcertante. Para empezar, la terrorífica encuesta del CIS. Después, los homenajes ofrecidos a la memoria de Pérez Rubalcaba, que han tenido como efecto secundario la consagración de un PSOE resucitado como gran partido de estado, tal vez el único que ha logrado salir a flote tras el naufragio poscrisis. Y de remate el lío del candidato del PP a la presidencia del Gobierno de Aragón, Luis María Beamonte, que llevaba tiempo en el punto de vista de los periodistas metomentodo y ayer se vio envuelto en un pequeño pero impactante y ridículo escándalo a cuenta de una licenciatura de Derecho procedente, ¡cómo no!, de la Universidad Rey Juan Carlos, la de los másteres de Casado, Cifuentes y tantos más. Mientras, la campaña discurría perezosamente, al ralentí.

Un título vergonzante

Sobre la marcha, Beamonte, apuradísimo, hubo de convocar ayer una rueda de prensa para explicar lo de su licenciatura en Derecho. Porque lo inaudito del caso es que, tras haberla logrado al fin en 2017, 35 años después de empezar a estudiarla, prefirió negarla cuando le preguntaron cómo es que exhibía el título en su currículo. Mintió al afirmar que había mentido... porque le pareció que todavía era peor reconocer que en la Rey Juan Carlos (que justo acababa de ponerse de moda por sus másteres ad hoc) le habían permitido acabar la carrera convalidándole la práctica totalidad de las asignaturas, menos dos que aprobó con sobresaliente en sendos exámenes tipo test.

«No quise verme envuelto en aquella vorágine», se justificó ayer el primer candidato aragonés del PP, asumiendo que invocar a la Universidad Rey Juan Carlos no era lo más recomendable. Por eso quitó lo de licenciado en Derecho de su autobiografía.

El barullo, visto desde fuera, resulta risible. Salvo para quienes se empeñan en tomarse en serio los estudios universitarios, claro.Beamonte, por su parte, asegura, como su jefe Casado, que él se limitó a hacer lo que le pidieron y, por otro lado, no cree que sea casualidad la publicación ahora (en el diario El País) de toda la historia. «No voy a perder el tiempo -afirmó- con este asunto. Voy a seguir centrado en la campaña y trabajando por Aragón».

Sí, vale. Pero nadie ignora que este tema no le va a favorecer en absoluto. Le ha estallado en el momento más inoportuno, pero él mismo ya sabía que estaba siendo investigado desde hacía tiempo en relación con su inusual forma de obtener el título de abogado. El lío, por leve o grave que pueda parecer, estaba cantado.

Candidatos en la calle

Salvo los del PSOE, que seguían de duelo, los candidatos de casi todos los partidos recuperaron su actividad y salieron a las calles o recorrieron pueblos a dejarse ver y protagonizar encuentros con los votantes y declaraciones a los medios.

No hay, por el momento, propuestas rompedoras ni capaces de sorprender o generar entusiasmo (o rechazo). Se dicen cosas obvias o de muy corto alcance. Tampoco se están convocando grandes mítines o actos de masas, todo resulta muy familiar y ligero.

Ejemplos: Sara Fernández (candidata de Cs a la Acaldía de Zaragoza) ofrece incrementar las operaciones asfalto e informar mejor de ellas. Emma Buj (actual alcaldesa de Teruel y candidata a repetir en el cargo) se ha comprometido a crear más zonas de «esparcimiento canino» en la capital bajoaragonesa. Luisa Broto (actual concejala y candidata de Zaragoza en Común) quiere ampliar la teleasistencia gratuita a mayores de 75 años. Arturo Aliaga (cabeza de cartel del PAR en las autonómicas) aprovechó su presencia en la Feria del Calzado de Illueca para reivindicar la actividad económica especializada de las comarcas...

ICA, corrupción, vuelos

Un poco más de empaque quiso tener la oferta de Ana Alós (candidata del PP a la alcaldía de Huesca) en el sentido de poner en marcha un plan de empleo, formación y ocio joven en la capital altoaragonesa, o la de Jorge Azcón (aspirante a la Alcaldía de Zaragoza por el mismo partido) que incluye fomentar las conexiones aéreas en el aeropuerto de la capital y promover diversas actividades culturales. Aunque en ambos casos son iniciativas más fáciles de imaginar que de llevar a cabo.

Maru Díaz (primera candidata autonómica de Podemos-Equo) se ciñó a lo suyo: anular de momento y luego replantear el polémico Impuesto de la Contaminación de las Aguas (ICA). Álvaro Sanz (su homólogo en IU) se fue hasta La Muela para apoyar a la candidatura local Ganar La Muela y exigir una ley integral contra la corrupción y el enriquecimiento ilícito.

Tal vez lo más novedoso sea la propuesta de Carmelo Asensio (aspirante a la alcaldía de Zaragoza por CHA) de crear, peatonalizar y rehabilitar supermenzanas en los barrios tradicionales de Zaragoza, recuperando espacios para la convivencia y la calidad de vida del vecindario.

Y nada más. Las noticias nacionales seguían ancladas en el homenaje de políticos, académicos, periodistas y miles de ciudadanos de toda España al socialista Pérez Rubalcaba. El que fuera denostado por la derecha, sobre todo por el ala más radical del conservadurismo, deja tras de sí el testimonio de quien supo manejar con inteligencia los resortes del poder y acabar con el terrorismo de ETA.