La Policía interviene en los casos de mendicidad callejera "en el caso de que sean menores los que, obligados o instigados por adultos, ejercen la mendicidad por las calles", según señaló ayer un miembro de la Unidad de Protección Ambiental, que depende de la Policía Local de Zaragoza.

"El mayor de edad que obliga a un menor a pedir limosna incurre en un delito --señaló la misma fuente--, y por eso mismo se le detiene y se lleva ante un juez".

"Sin embargo --añadió--, rara vez se condena a un adulto por utilizar menores para la mendicidad, pues lo normal es que salga a relucir que se trata de casos familiares muy complicados".

"Lo habitual --señaló el responsable policial-- es que el adulto carezca de domicilio y de medios para costear una guardería, por lo que tiene que llevar al pequeño consigo".