La Policía de Zaragoza reforzó ayer la vigilancia del transporte de viajeros por carretera, con especial incidencia sobre las estaciones de autobuses y las expediciones que llegaban procedentes de Madrid.

Desde primera hora de la mañana, efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) vigilaron la estación de Agreda, donde se solicitaba aleatoriamente la documentación a los viajeros que llegaban de la capital española. El tránsito de personas se incrementó al suspenderse el transporte en tren. La concesionaria aumentó en cinco el número de autobuses de Madrid a Zaragoza.

Fuentes oficiales de la Jefatura Superior explicaron que se habían incorporado agentes de uniforme a los controles habituales para aportar mayor confianza a los ciudadanos.

A lo largo de la jornada se sucedieron llamadas telefónicas que alertaban de la presencia de bolsas o paquetes sospechosos en distintos puntos de la ciudad. El incidente de mayor relevancia se registró en la estación de Calatayud, donde los policías registraron por la mañana un tren Talgo Altaria , donde, al parecer, se había denunciado la presencia de una bolsa sospechosa. La inspección del convoy demostró que era una falsa alarma.

Los controles en carreteras corrieron a cargo de la Guardia Civil. En la autovía de Aragón, entre Madrid y Zaragoza, había ayer seis puntos de vigilancia. El más importante estaba a la altura de Medinaceli.