Ni los altos cargos del PP aragonés ni los principales candidatos electorales en los comicios generales del pasado domingo quisieron valorar ayer el día después al 14-M y pospusieron cualquier manifestación hasta la reunión de la cúpula del partido que tendrá lugar esta tarde en Zaragoza. Algunos populares aragoneses estuvieron en la reunión del comité ejecutivo nacional celebrada en Madrid, en la que se cerraron filas alrededor del secretario general, Mariano Rajoy.

Luisa Fernanda Rudi, presidenta del Congreso en funciones y diputada electa por el PP de Zaragoza, y Gustavo Alcalde, presidente regional de los populares, asistieron --entre otros-- al comité ejecutivo nacional de Madrid, en el que se analizaron los resultados electorales y se respaldó a Mariano Rajoy, derrotado en las urnas por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, como número dos del partido.

Pero ni Rudi ni Alcalde se pronunciaron respecto al citado encuentro. Tampoco hicieron declaraciones sobre el veredicto de las urnas el pasado domingo o sobre el futuro inmediato que se abre para los conservadores en la comunidad.

Otros cargos con los que contactó este diario, como el presidente del PP de Zaragoza y senador electo, José Atarés, declinaron hacer manifestaciones a la espera de que las realicen los principales responsables del partido en la comunidad. Algunos más evitaron descolgar el teléfono.

EL DEBATE, ESTA TARDE Será esta tarde cuando la comisión permanente del PP-Aragón (una ejecutiva reducida) analice los resultados electorales y valore lo sucedido, según fuentes del partido. La reunión comenzará a las seis de la tarde y está previsto que a su término se den a conocer las impresiones de los populares más allá de los primeros y rápidos comentarios de Rudi en la noche electoral.

Y es que la situación en que quedan los populares aragoneses es especialmente delicada respecto a otras organizaciones del PP en España, ya que en Aragón la formación quedó muy debilitada tras los comicios autonómicos y locales del 2003.

En la cita del año pasado, el PP quedó fuera de las principales instituciones de la comunidad, al perder el Ayuntamiento de Zaragoza, el de Teruel y buena parte de los nuevos consejos comarcales. Ahora, además, no podrá agarrarse a los puestos de Aragón cuyos nombramientos dependen del Ejecutivo central, como los de la Delegación y las subdelegaciones del Gobierno o los de la Confederación Hidrográfica del Ebro, entre otros.

La difícil situación del PP se había traducido ya en pequeños conatos de crisis internas, muy puntuales y con escasa repercusión, que se han ido solventando, pero que están latentes. El riesgo es que las luchas orgánicas se recrudezcan ahora.