El primer día del juicio, el PP sembró dudas sobre posibles «acuerdos secretos» del Gobierno de Pedro Sánchez para indultar a los independentistas que se sientan en el banquillo. El mensaje llegó por doble vía: el partido lo insinuó por escrito en una «declaración institucional» y también lo dejó caer el secretario general, Teodoro García Egea. Parece que los populares asumen que Sánchez seguirá en la Moncloa tras las próximas elecciones para gestionar esa medida de gracia.

«No se entiende que si el PSOE no estuviera pensando en indultar a los presos, posiblemente condenados tras el juicio, estuviese bloqueando estas iniciativas», afirmó García Egea en referencia a una propuesta de su grupo parlamentario para evitar que un Ejecutivo pueda liberar a los condenados por rebelión y otra sobre la petición para que vuelva a tipificarse como delito la convocatoria ilegal de un referéndum.

En el comunicado, los conservadores exigieron a Sánchez que garantice «el normal funcionamiento del juicio» y pidieron al Ejecutivo que «no interfiera» en las decisiones que pueda tomar el Tribunal Supremo «negociando pactos o acuerdos secretos que desnaturalicen las actuaciones de la justicia». Según fuentes de la dirección del PP, esa advertencia se refiere a los indultos y a la negociación de las 21 reivindicaciones planteadas por Torra, entre ellas, el derecho de autodeterminación. Estas fuentes recuerdan que algunos políticos socialistas, como la actual delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, y el líder del PSC, Miquel Iceta, abordaron hace unos meses la posibilidad de concederles esa medida de gracia.

En la declaración, los populares se afanaron en reivindicar el papel del «Gobierno del PP» (sin citar a Mariano Rajoy) para llevar a los soberanistas ante la justicia. Es su manera de marcar perfil ante Vox, que va a poder utilizar su participación en el juicio, como acusación popular, para seguir avanzando en las encuestas ante unas elecciones municipales, autonómicas y europeas el 26 de mayo y el probable adelanto de las generales. García Egea dejó ver el malestar que ese papel del partido ultra genera en el PP. «Si hay partidos que utilizan la acusación particular para hacer política, es algo que hace daño a la justicia», denunció. Pero la acusación popular la pueden ejercer los partidos, como ha ocurrido, por ejemplo, con el PSOE en escándalos del PP.

El líder de Vox, Santiago Abascal, acompañó a su secretario general, el abogado Javier Ortega Smith, a la puerta del Supremo y habló para quejarse de que el president Torra estuviera «entre el público y no en el banquillo».

Albert Rivera (Cs), mientras, pidió que «no se presione a los jueces» ni se les «acose en Cataluña» y reprochó a los independentistas que ahora se «lamenten» de su situación.