Debilidad y socialistas. Estas palabras iban ayer indisolublemente unidas en el mitin central del PP en Zaragoza, en el que los líderes del partido se vendieron como los únicos garantes de los intereses de España ante la Unión Europea. El mensaje fue transmitido de forma reiterada en las intervenciones, en las que sólo cambiaban los calificativos.

El único que introdujo a Aragón en su discurso fue el secretario general del partido, Mariano Rajoy, quien prometió defender la ejecución del Pacto del Agua y el apoyo a la Expo. Los máximos responsables no hicieron alusión al Plan Hidrológico Nacional ni al trasvase del Ebro más allá de acusar al PSOE de paralizarlo sin dar alternativas.

Rajoy fue el encargado de cerrar el acto de Zaragoza, que contó con la asistencia de unos 2.500 militantes y simpatizantes que apenas pudieron llenar tres cuartas partes del graderío habilitado para la ocasión. El resto fue cubierto con lonas grises para evitar sensación de vacío.

El líder popular fue el más jaleado por la audiencia, que le impulsó al estrado al grito de presidente. Rajoy incidió en que su partido es el único que sabrá defender la fortaleza de España en la UE, puesto que el PSOE se ha alineado con Francia y Alemania. "Nos jugamos mucho, la fuerza y los votos y acudir a las negociaciones en posición de debilidad. No podemos rendirnos como país", subrayó antes de prometer que la primera propuesta del PP en la UE será en materia de inmigración.

NEGROS AUGURIOS Bajo esta tesis se preguntó qué pasará con España cuando Chirac y Schroeder pacten con quien quieran, se repartan los votos y se opongan a que los fondos europeos vayan a España. "Zapatero acabará convirtiendo España en un país de segunda división", dijo.

Para reforzar su opinión, Rajoy citó los recortes de ayudas en las últimas negociaciones agrícolas y la cesión a Italia de la sede de la firma de la Euroconstitución. Y subrayó que no se le puede echar la culpa de todo al PP: "A Francia nadie le ha pedido que devuelva las ayudas a su empresa eléctrica", dijo en alusión a los fondos recibidos por astilleros españoles que ahora reclama la UE.

Con antelación, el cabeza de lista a la Eurocámara, Jaime Mayor Oreja, se mostró convencido de que las elecciones están "abiertas" y que su partido se recuperará pese a que el PSOE piense, y parafraseó al exministro Cañete con el trasvase, que el 13-J vaya a ser un "paseo militar".

Mayor Oreja aprovechó la cita para demonizar los nacionalismos y advertir de su auge por la "debilidad" del PSOE. El político vasco cuestionó que los socialistas pretendan sustituir la "fortaleza" del Gobierno del PP por la debilidad, ya que ésta en Europa es sinónimo de "marginalidad y de la nada".

La número dos del PP a las elecciones europeas, Luisa Fernanda Rudi, también enfatizó la debilidad del PSOE desde otro frente: si el Gobierno de Zapatero no es capaz de definir un modelo de Estado difícilmente podrá ser fuerte en Europa. "Vamos a defender los intereses nacionales siendo a la vez leales a la Constitució europea. Por defenderlos es por lo que la corte del PSOE ha intentado transmitir la idea de que somos euroescépticos".

Rudi también hizo hincapié en que el PP cree en la Europa de los 25, "no en la de los 23 más 2", en referencia a la alianza franco-alemana.

Por su parte, el presidente regional del PP, Gustavo Alcalde, y el provincial de Zaragoza, José Atarés, dedicaron sus intervenciones a calentar el ambiente con una batería de ataques al PSOE. Así, Alcalde aludió a la medalla al mérito militar de Bono, a la polémica por las selecciones autonómicas, a la revisión de los estatutos o a la decisión de la ministra Narbona de revisar las obras más polémicas del Pacto del Agua.

Atarés fue más duro y en su labor de telonero acusó al PSOE de ser el partido del "engaño, la frivolidad, la rectificación constante y la cesión dentro y fuera de España".

Más información en páginas 18 y 19