Rafael Díaz, de 90 años, considera que aprovecha «bastante» la comida que adquiere. Así, y salvo en algunas ocasiones que compra quizás «un pescado demasiado grande» para las raciones que come, procura adquirir alimentos siempre en función de los que come normalmente. Un ejemplo de la estimación que hace está en el pan, ya que compra todos los días una barra de tamaño individual que aprovecha entera «completamente». Gracias a este plan, «generalmente no sobra nada», ya que lo que cocina es «exclusivamente» para él y puede calcular bien la cantidad. Acerca de la fruta, aunque compre cantidades más grandes en oferta, indica que, por ejemplo, la naranja la aprovecha tanto exprimida como comida. «Y si es manzana, pues igual, la tomo cocida como postre». Otro alimento que utiliza «bastante» es la miel, un producto que, precisamente, aguanta en muy buenas condiciones mucho tiempo. «Estando solo controlas lo que tienes que comer. Generalmente, calculo para que la ración salga ajustada, sin quedarme sin hambre», resume. Otro hecho que resulta revelador acerca de sus hábitos es que no necesita utilizar el congelador, ya que lo que compra se lo come en el día». En cuanto a su dieta, explica que come «mucho pescado» a la semana, carne «una o dos veces» en ese periodo y, el resto, verdura y legumbre. A la hora de comprar, destaca que no se deja llevar por las ofertas. De carne compro uno o dos filetes pequeños, pero esos caen. Prefiero comprar poca cantidad, aunque salga un poco más caro, y calidad», concluye.