La electrificación de la línea de alta velocidad Madrid-Zaragoza-Lérida preocupa en el Ministerio de Fomento. Las subestaciones repartidas por los distintos puntos del corredor están sufriendo averías "por causas aún desconocidas" y se duda de la propia capacidad de la catenaria para soportar el tráfico comercial de trenes a altas velocidades, dado que se ha diseñado específicamente para la línea y no ha sido probada antes en explotación comercial. Mientras tanto, la catenaria se encuentra el pleno proceso de verificación para alimentar de electricidad a trenes circulando a alta velocidad.

Estos aspectos serán analizados en la auditoría sobre la infraestructura que ha encargado recientemente la sociedad estatal del AVE (GIF) a la consultora KPMG. Este estudio determinará el estado actual del trazado para establecer las velocidades comerciales de la línea.

El GIF prevé poner a punto el nuevo sistema de señalización ERTMS --otra de las cuestiones polémicas por resolver-- antes de fin de año para garantizar que se circule hasta 300 km/h, aunque los nuevos responsables de Fomento apuestan por incrementar la velocidad comercial de forma paulatina.

Desde el ministerio se apunta que el diseño del sistema de compensación de la catenaria puede dar más de un problema y obligará a un mantenimiento "mucho más exhaustivo". También preocupa que las subestaciones eléctrica repartidas por el trazado se disparen y se reenganchen automáticamente, una avería de la que se desconoce su origen a estas alturas.

Estos problemas ya salieron a relucir hace más de un año en la comisión creada por la anterior cúpula de Fomento ante el fiasco del preestreno del AVE. Responsables de mantenimiento de Renfe pusieron en tela de juicio el diseño, lo que provocó serias diferencias con el director de Mantenimiento del GIF, Manuel Sánchez Doblado, y con las empresas adjudicatarias.

En medio de esta situación, la catenaria está ahora en fase de homologación para velocidades superiores a los 300 km/h. El organismo certificador, ADAF, ha recurrido a técnicos de la Renfe alemana y de la multinacional Siemens para estas tareas.