La presión asistencial en los hospitales de Aragón sigue al alza, lo mismo que la curva de contagios, que no logra estabilizarse. Lo evidencian las cifras, que en las últimas semanas no han dejado de crecer, y también lo trasladan los propios sanitarios que, con muchos compañeros de vacaciones, tienen que asumir estos días situaciones de agobio y de estrés fruto de una mayor incidencia en los centros hospitalarios.

El sistema sanitario en la comunidad todavía no sufre estrés, pero la situación preocupa tanto al Gobierno de Aragón como a los gerentes de los hospitales. En menos de un mes los ingresos se han multiplicado por diez en la comunidad al pasar de 42 pacientes en planta el 13 de julio (cuando se devolvió a Zaragoza a una fase 2 flexibilizada) a los 449 notificados este 5 de agosto.

La situación en las unidades de cuidados intensivos (uci) también se ha disparado de manera exponencial, ya que aquel mismo día de julio apenas había tres pacientes ingresados y actualmente la cifra es de 42 personas en estos servicios. Los mismos datos que se registraron a finales de marzo.

Lo cierto es que en las últimas cuatro semanas y media los datos no han dado un respiro en ningún momento pese a la toma de medidas estrictas y la aplicación de fases de la desescalada. La disponibilidad actual es del 43% de camas uci y del 35% en las de hospitalización convencional. Consecuentemente, tampoco se ha sentido alivio en los hospitales, donde la situación se ha agravado por el descanso de los sanitarios y la imposibilidad de contratar nuevos profesionales que cubran las vacaciones.

Sin personal de sustitución / «Llevamos tres días donde el nivel de ingresos es más alto de lo que nos gustaría y en las dos últimas semanas el ritmo de camas ocupadas por covid ha sido apreciable. Estamos tensionados y preocupados, pero no con una sensación de catástrofe», reconocía a este diario Luis Callén, gerente del sector II, al que pertenece el hospital Miguel Servet.

En ese nerviosismo, trasladado también por muchos sanitarios entre los que cunde el desánimo, se incluye la ausencia de personal al que poder llamar para reforzar la situación. «Se ha contratado a todo el personal de Enfermería que había en la bolsa de trabajo, toda la promoción que ha salido de la Universidad de Zaragoza y de la San Jorge también se ha incorporado y estamos buscando fuera, pero no hay gente», señaló Callén.

«Si no fuera por la escasez de personal seguro que tendríamos mucho más recorrido hasta agotar nuestra capacidad de atención y estaríamos más tranquilos, pero ahora mismo estamos en una situación complicada», insistió.

El Servet, junto al Clínico, son los hospitales donde más camas ocupadas hay actualmente por coronavirus, pero también por otras patologías. El centro tiene ahora 16 pacientes en uci y 118 en planta. «Tenemos dos ucis destinadas a covid y otras dos a otras enfermedades y situaciones graves, mientras que en planta hemos ido adaptando recursos para acoger a cuantos pacientes sean posibles», dijo Callén.

En la punta de la pandemia, este hospital llegó a acoger a 225 personas contagiadas y a más de 60 personas en uci (45 por covid y 18 por otras patologías). «Una zona de Medicina Interna, Infecciosos, todo Neumología y la cuarta planta se han puesto a disposición ya para pacientes con covid», explicó Callén.

Más jóvenes y menos días / Lo que sí ha cambiado (y da cierta tranquilidad en los hospitales) es el perfil del paciente. «La edad media está entre 15 y 25 años menos que en la primera fase de la pandemia y las estancias también son dos o tres días menos. Eso nos ayuda de una manera clara», argumentó el gerente.

Aunque también reconoció que los ingresos de pacientes de residencias se van incrementando. «Este fin de semana pasado, por ejemplo, hubo bastantes de más de 80 años. Y un día tuvimos 12 ingresos donde todo eran pacientes de más de 90», matizó. «Lo que sí creemos es que pronto estaremos en situación de poder dar muchas más altas», incidió.

A la espera de terminar de instalar mamparas, está previsto que la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza pueda estar operativa a partir de la semana que viene para acoger a un centenar de pacientes asintomáticos. «Lo importante es contar con recursos complementarios para asignar a cada paciente un nivel de cuidado y eso nos libera camas a los hospitales», indicó Callén.

El gerente, pese a reconocer lo complicado de la situación, no consideró que se tenga que llegar a utilizar el hospital de campaña de la Feria de Muestras. «No soy epidemiólogo, pero la sensación desde hace varios días es que estamos acercándonos a la estabilidad», apuntó, al tiempo que valoró la alta capacidad del sistema para analizar PCR. «Aquí estamos haciendo 1.500 diarias, en tres turnos, 24 horas sin parar», dijo.