Los Príncipes de Asturias comenzaron ayer su luna de miel en la ciudad de Cuenca, dentro de un recorrido por otras ciudades españolas. Don Felipe y doña Letizia han decidido como comienzo de su viaje de bodas lugares de la geografía española que poseen un especial atractivo histórico. Una portavoz de la Casa del Rey informó de que el deseo de los Príncipes de Asturias es visitar en su viaje de novios puntos de interés artístico y cultural y "pocos países pueden ofrecer riquezas en su patrimonio como España".

Anoche, los Príncipes cenaron en un mesón de la capital conquense y pernoctaron en el Parador Nacional, un lugar en el que ya se hospedó el Príncipe de Asturias cuando realizó su vista oficial a Castilla-La Mancha. Hoy, los Príncipes tienen previsto dirigirse a otra ciudad española, aunque no se detalló.

Los compromisos reales acaban pasando factura. Felipe y Letizia lo comprobarán esta misma semana, en pleno viaje de novios. La primera parte de esa etapa irrepetible quedará interrumpida por la asistencia a otra boda real. El jueves se casa en Ammán el príncipe heredero de Jordania, Hamzeh, y está previsto que asista la familia real española.

Los príncipes de Asturias viajarán más tarde a Roma para ser recibidos por el Papa, de acuerdo con los usos y costumbres de la Casa Real. Durante su estancia romana, la pareja residirá con toda probabilidad en el palacio Ruspoli, donde suele alojarse Juan Carlos en sus visitas privadas a la ciudad en la que vivió de niño.

No se descarta que los príncipes de Asturias crucen el Atlántico y visiten México, entre otros países latinoamericanos. En la ciudad mexicana de Guadalajara, Letizia Ortiz realizó un máster en comunicación.

Cuando comienzan a amortiguarse los ecos de la boda, en el balance siempre surgen cuestiones que hubieran merecido otro tratamiento. Es lo que ha ocurrido con el lugar elegido para la gran foto de familia, realizada en el Salón de Columnas del Palacio Real. La escultura que estaba a las espaldas de los fotografiados representa a un agresivo Carlos V, que aprisiona entre sus piernas a un moro encadenado.

El sábado, después del banquete, los los novios charlaron relajadamente con unos 500 invitados.