Este sábado, a partir de las 06.00 de la mañana, ya se podrá a salir a hacer deporte, aunque con reservas todavía. Después 47 días de estado de alarma, en municipios de más de 5.000 habitantes, profesionales de la práctica deportiva, aficionados de distintas disciplinas o incluso aquellos principiantes que no se han calzado unas deportivas en su vida, tendrán hasta las 10.00 de la mañana y, en un horario vespertino, de 20.00 a 23.00, para desengrasar las articulaciones y poner en marcha los músculos.

Como se puede deducir tras este mes y medio, haber estado parados tanto tiempo, o trabajando de forma distinta, implica que el cuerpo necesita un proceso de adaptación al esfuerzo físico. El médico del Fútbol Emotion Zaragoza de fútbol sala, Gorka Giraldo, y la atleta Isabel Macías aconsejan un regreso con sentido común y cautela.

«Aunque hayamos entrenado en casa y hayamos seguido una rutina saludable de alimentación, no hemos realizado el trabajo que ha hecho un deportista de élite. Hay que empezar con ganas de coger hábitos, de oxigenar y que nos sirva de manera terapéutica para olvidar los días que llevamos encerrados, olvidarnos del trabajo, del estrés y de marcar objetivos. Volver y disfrutar del deporte, como si esto hubiese sido un borrón y cuenta nueva en nuestra vida, el cuentakilómetros ha saltado de nuevo a cero», asegura.

Algunos están deseando poner un pie en la calle pero hay que ser paciente y recordar las rutinas previas de entrenamiento, especialmente entre los runners. «Estirar, calentar bien articulaciones, tobillos, rodillas, caderas… En el impacto de la carrera contra el firme del suelo las articulaciones van a sufrir, así que, hay que volver a activar esos músculos que han perdido su tono muscular y su elasticidad», recuerda.

Por ello, sería conveniente alternar los días de ejercicio con jornadas de descanso para que el cuerpo pueda asimilar la carga física. «Olvidarse de tiempos, series, distancias o cambios de ritmo. Estas tres semanas se podrían considerar como una pretemporada. A nivel mental va a permitir mejorar niveles de ansiedad, estrés y depresión por no salir de casa, además de adaptarse a la situación de estar en la calle y no pensar que puedes contagiarte. A nivel fisiológico, el deporte afecta en nuestro cuerpo mejorando el estado de ánimo, tener un sueño profundo, un ritmo de vida adecuado, frenar el malhumor y el carácter irascible, estar más alegres y activos y retomemos nuestras rutinas habituales», asegura Giraldo.

De esto último es consciente Isabel Macías, atleta profesional, que tras dedicar una vida entera al deporte es la primera vez que se ve obligada a parar. «Hay que sentirlo como una pretemporada o una recuperación de una lesión, con cabeza, con tranquilidad y sin prisa. Son días para tomárselo con mucha cautela, con mucha precaución sobre este proceso y disfrutar de lo que es volver a poder practicar actividad física al aire libre. La competición no se va a reanudar, con suerte, hasta el último trimestre del año, así que sería un poco absurdo ponerse a forzar la máquina cuando no hay objetivos», afirma.

Macías ha pasado de estar en plenitud para afrontar la parte final de la temporada a perder la condición física casi por completo. «Este deporte, en cuanto lo dejas de practicar, pierdes muy rápidamente. Yo no tenía una cinta en casa ni he podido mantener el aeróbico, he trabajado la fuerza más o menos pero es exponencial, al principio aguantas pero una vez que caes, caes en picado», lamenta.

Después de tantos días, podrá volver a disfrutar de lo que más le gusta, pero pide también compromiso. «Es un alivio porque parece que algo está mejorando la situación. Creo que hay que empezar a pensar más a nivel colectivo, ahora llegan días de comprometerse a seguir haciendo las cosas bien», concluye.