Una hora y diez minutos de discurso da para muchas reflexiones y críticas, constructivas o destructivas. Según a quién se pregunte. En general, y con apenas tiempo para asimilar y recapacitar los logros que, según el presidente de Aragón, Javier Lambán, se habían conseguido durante los dos años de legislatura y los que pretende hacer, las declaraciones fueron bastante suaves y complacientes, salvo las que llegaron desde el Ayuntamiento de Zaragoza, que no se sintieron suficientemente protagonistas en las palabras del también secretario general del PSOE.

Los presidentes de las diputaciones de Huesca y Zaragoza, Miguel Gracia y Juan Antonio Sánchez Quero, respectivamente, ensalzaron las palabras de un presidente encorsetado, inseguro de salirse del guion y que tan apenas levantó la mirada de los papeles, quizá para no darse cuenta de que Marcelino Iglesias, al final, optó por no acudir a la cita. «Calificaría a Lambán como un héroe», llegó a decir Sánchez Quero.

Gracia fue más comedido y se limitó a expresar su «apoyo absoluto» al presidente. De primarias nada se dijo porque no tocaba, era el día de apoyar a Aragón y a su cabeza visible. De los líos internos preferían hablar otro día. El alcalde de Huesca, Luis Felipe, sí que manifestó su total apoyo a Lambán.

SIN MIMO

La vicealcaldesa, Luisa Broto, que acudió en representación del ayuntamiento ya que el alcalde, Pedro Santisteve, estaba volviendo de su ruta por Latinoamérica, echó de menos un poco de «mimo». Lambán tan apenas hizo una mención fugaz a la Ley de Capitalidad y, según la concejala, Zaragoza merecía más porque es el «50% de la comunidad».

Esa colaboración entre ambas instituciones se ha quedado en el papel, vino a decir Broto porque «aún no se han recibido los 8 millones» acordados, algo por lo que están «preocupados» en la plaza del Pilar. El presidente habló de la depuración de aguas, pero no dijo nada sobre el Impuesto de Contaminación de Aguas (ICA). «Sigue siendo un impuesto que es una deriva del PSOE y el PAR y que es injusto», declaró.

Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO coincidieron en que las promesas de Lambán sobre la creación de empleo son necesarias, pero le criticaron la falta de concreción. «Es importante que la creación de empleo que se compromete a impulsar sea de calidad y acabe con la temporalidad», señaló el secretario general de CCOO, Manuel Pina, que reclamó un mayor esfuerzo en evitar los «efectos negativos de la crisis». El de UGT, Daniel Alastuey, apoyó la propuesta del Gobierno aragonés de seguir trabajando por el diálogo social, pero, puntualizó, «esperamos» que se refleje lo acordado.

El presidente de la CEOE, Fernando Callizo, declaró que las promesas de crear empleo, además de ser las deseadas, «son más propias de un discurso de este tipo que de la realidad».