Los aragoneses quieren que Levante, Murcia y Almería tengan agua, pero no con trasvases absurdos". Esta fue la última manifestación sobre la contestada cesión del Ebro que hizo en Zaragoza el próximo presidente español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Y esta declaración es, según el PSOE de Aragón, la garantía de que el futuro Gobierno central paralizará la macrocesión de caudales. El presidente aragonés, el también socialista Marcelino Iglesias, pidió ayer por carta al jefe del Ejecutivo en funciones, el popular José María Aznar, que retire la obra del trasvase.

Si en la misma jornada electoral del domingo ya se apuntó cómo influiría en la cesión del Ebro la victoria del PSOE en las urnas, ayer esa sensación se elevó notablemente. Primero, porque desde las comunidades valenciana y murciana se transmitió una grave preocupación por el futuro de la obra y, segundo, porque los socialistas aragoneses dieron por hecho que el proyecto --que Aznar deja empezado-- se va a frenar cuando Zapatero se haga cargo de la Presidencia del Gobierno.

Marcelino Iglesias instó al presidente español en funciones --en una carta enviada ayer mismo-- que actúe para que Trasagua (la empresa que construye la cesión) "no realice adjudicación alguna" de contratos "y que se paralicen todos los que todavía están pendientes de adjudicación".

EL MOTIVO Iglesias recuerda a Aznar que el PSOE, "ganador de los comicios electorales" del pasado domingo, tiene "una postura contraria al trasvase del Ebro", por lo que reclama al popular "que adopte las medidas indicadas para evitar perjuicios a terceros y al erario público".

(En la misma línea, Alfredo Boné, consejero aragonés de Medio Ambiente, y Salvador Milá, su homólogo catalán, han exigido por carta a la ministra en funciones, Elvira Rodríguez, que detenga cualquier actuación derivada de este proyecto y que no lleve a cabo nuevos trámites para impulsarlo).

Víctor Morlán, diputado electo del PSOE de Huesca y hasta ahora portavoz socialista de Medio Ambiente en el Congreso, reiteró que el compromiso de su partido es "paralizar el trasvase". El Gobierno en funciones, manifestó a este diario, "tiene que estar tranquilo y facilitar el traspaso de poder, sin dar más pasos en la dirección contraria".

Morlán aseguró que el PSOE pondrá en marcha su plan alternativo, presentado en el 2001, cuando entró en el Congreso el Plan Hidrológico Nacional (PHN) del PP. Los socialistas, puntualizó, quieren detener la cesión del Ebro, pero no las obras de regulación y modernización del anexo II del PHN.

FORMULAS CONTRA EL DEFICIT El oscense admitió que la alternativa de su partido no descarta las cesiones entre cuencas, sino que las aparca como última opción. Dicho plan, "contempla actuaciones prioritarias en la cuenca del Segura", que pasan por "la creación de bancos de agua, la reutilización y la desalación", medidas con las que se puede "atender las necesidades de esa zona".

Morlán indicó: "Es cierto que el plan alternativo no descarta los trasvases, pero no contempla uno de estas características". El socialista concluyó: "Tenemos muy claro que el del Ebro se para; obedece a nuestro programa". Zapatero se ha comprometido en diversas ocasiones a cambiar el PHN.