En 1999, gracias a una carambola política, el PSOE volvió al Gobierno aragonés. La negra etapa del socialista José Marco al frente de la DGA --entre 1993 y 1995-- pasó una factura más que notable al partido en la cita electoral del 95. Fueron cuatro años, hasta el 99, que en el propio PSOE se consideran una travesía del desierto . A partir de ahí, tocaba crecer. Y se creció. Algunos no están ya en la escena, pero gran parte de quienes resistieron el chaparrón sigue peleando por el poder.

La referencia del PSOE aragonés es Marcelino Iglesias, su secretario general regional, catapultado al primer plano del socialismo desde que es presidente de la DGA. Fue Iglesias (Bonansa, 1951) el que dio la cara en los tiempos malos.

Decir que tiene el apoyo incondicional de todo el partido sería como decir que el PSOE ha perdido su rasgo más característico: los reinos de taifas . Pero es innegable que nadie cuestiona su liderazgo y que no tiene rivales en su aspiración de repetir como secretario general (será la tercera vez). Su paso por la ejecutiva federal (2001-2004) y su reciente ingreso en el consejo de barones lo han consolidado.

Ahora bien; por mucho que la formación en Aragón haya aparcado sus sonadas guerras internas, los socialistas siguen dividiéndose en familias que quieren sus espacios de poder. Y que siguen dirigidas por quienes pintaban algo entre 1983 y 1987 (en que el PSOE estuvo en la DGA) y entre 1982 y 1996 (en que ocupó La Moncloa).

Ahí está Javier Lambán (Ejea de los Caballeros, 1957), presidente de la Diputación de Zaragoza desde 1999, con una larga carrera a sus espaldas y con una fuerte influencia en la organización del PSOE-Zaragoza, del que es secretario general.

Como él está Carlos Pérez Anadón (Fuentes de Ebro, 1957), que controla buena parte de la formación en la capital aragonesa. No en vano es primer teniente de alcalde y pasó unos años como delegado del Gobierno en Aragón (88-92) y como presidente de la CHE (94-96).

Hay otras pequeñas parcelas de los socialistas zaragozanos, de menor peso, pero con votos en la mano. Se agrupan en torno a Carlos Tomás (Ariza, 1961), que entre 1998 y el 2001 lideró el PSOE-Zaragoza. Y alrededor de Pedro García Villamayor (Zaragoza, 1954), actual director general del Deporte de la DGA.

En menor medida, puesto que su cuota de poder es casi residual , está Juan Alberto Belloch (Mora de Rubielos, 1950), actual alcalde de Zaragoza, cuyas credenciales incluyen haber dirigido dos grandes ministerios (Interior y Justicia). Haber llegado tarde a la política aragonesa (finales de los 90) hace que se le siga viendo como un extranjero por un partido acostumbrado a los de siempre .

Iglesias tiene dos grandes soportes en Huesca: Víctor Morlán (Huesca, 1947) y José María Becana (Fraga, 1957). El primero ha sido su número dos en los últimos años y ha dado el salto al ruedo nacional, como secretario de Estado de Infraestructuras. Becana --diputado nacional-- relevó a Iglesias al frente de la secretaría provincial de la formación.

Francisco Pina (La Puebla de Híjar, 1951) es oscense de adopción y ha estado junto al presidente aragonés durante décadas, aunque su actual puesto al frente de las Cortes lo ha alejado de las cuestiones de partido --por voluntad propia--.

En el Altoaragón hay otro fichaje socialista que no destaca por su peso orgánico, pero que es un valor institucional en alza: Eva Almunia. Aunque su trayectoria política es extensa, su presencia se hizo palpable en el 2001, cuando pasó a ser consejera de Educación de la DGA. El espaldarazo definitivo acaba de llegarle: es la responsable federal del PSOE en temas educativos.

Dos nombres más en este recorrido: Miguel Gracia y Pascual Antillach. Pegados a Iglesias, su poder es más real que el que da un cargo, pues son responsables de engrasar la delicada maquinaria socialista.

Teruel ha hecho siempre la guerra por su cuenta. El sólido dúo que formaban Isidoro Esteban y Javier Velasco se rompió bruscamente hace unos años y el primero pagó con el destierro político haberse enfrentado a Iglesias en unas turbulentas primarias. Velasco (Sahagún --León--, 1951) lleva las riendas de la formación, avalado por su cargo como consejero de Obras Públicas (desde 1999) y afianzado por sus buenas relaciones con Iglesias.

Velasco tampoco es nuevo en el mapa , y cuando se quedó fuera de juego se volvió a su puesto de trabajo sin rechistar. De allí sacó el presidente aragonés a uno de los alcaldes vocacionales de la ciudad. Mano a mano con Velasco ha trabajado la actual alcaldesa, Lucía Gómez (Teruel, 1968), que lleva muchos años dedicados al partido sin que su presencia trascendiera. Su reciente paso a la ejecutiva federal es un fuerte respaldo.