Diez minutos antes de que se iniciara la sesión de control con las preguntas al presidente del Gobierno, el servicio de prensa del PP convocaba a los medios en las Cortes a las 11.30 horas para una rueda de prensa del presidente del partido, Luis María Beamonte. No anunciaba el contenido de la convocatoria, pero por lo poco frecuente, todo indicaba que iba a ser un anuncio de calado, y este podía ser respecto al acuerdo que sellaron hace unos días populares y socialistas sobre el impuesto de Sucesiones. Y así fue. Beamonte anunciaba un acuerdo para modificar este controvertido impuesto y aliviar considerablemente la carga fiscal de los aragoneses. El anuncio cogió por sorpresa a los grupos de la izquierda, que no ocultaron su enfado por el viraje ideológico del PSOE y la rapidez con la que ha alcanzado acuerdos con la derecha en política fiscal.

«El acuerdo alcanzado con el PSOE mejora sustancialmente el proyecto de Ley presentado inicialmente por el Gobierno y además cuenta con los votos necesarios para salir adelante. Para el PP el objetivo es aliviar la presión fiscal de los aragoneses y ese ha sido el motivo que nos ha llevado a dialogar y alcanzar este principio de acuerdo», señaló Beamonte en su comparecencia. No habló el presidente Lambán, aunque sí lo hizo posteriormente en el comité regional de su partido, donde justificó el pacto por posibilista y volvió a emplazar a la izquierda a negociar los presupuestos del 2019.

INVITACIÓN EN EL AIRE

Una invitación que ahora está más en el aire que nunca tras el despecho de Podemos, IU y CHA, que consideran prioritaria una política progresiva y justa en los ingresos para poder debatir posteriormente sobre los presupuestos. Después del verano se sabrá si hay predisposición para alcanzar acuerdos, y más cuando en septiembre se vote una reforma que contará con los votos mayoritarios de la Cámara. Eso sí, con la mayor parte de los votos de la oposición (PP, PAR y Ciudadanos, junto a los del PSOE). El proyecto de ley, que además entrará en vigor este mismo año, lo cual favorecerá el voto de los aragonesistas, mejora sustancialmente el acuerdo inicial alcanzado por el PSOE y Ciudadanos. Ahora incluirá la bonificación del 65% sobre la cuota para la adquisición de vivienda habitual del fallecido por parte del cónyuge, descendientes y ascendientes, siempre que el valor de la vivienda no supere los 300.000 euros. Esta bonificación es compatible con la reducción de 500.000 euros. Además, el PP logra una mejora en las herencias entre hermanos, al elevar la reducción establecida en la legislación estatal, fijada en 7.993,46 euros, hasta 15.000 euros. Otro de los puntos importantes del acuerdo tiene que ver con Donaciones, que había quedado fuera del proyecto de ley inicial y que ahora incluirá una bonificación del 65 % en donaciones con el límite de 500.000 euros en la base imponible. De esta manera se recupera donaciones para hijos y cónyuges y se suprimirán los excesos de contratos de préstamos personales entre padres e hijos.

El último punto del acuerdo tiene que ver con la reducción por la adquisición, mortis causa, sobre empresa individual, negocio profesional o participaciones en entidades. El PP ha conseguido que se eliminen las limitaciones a empresas que coticen en bolsa; además en el caso de participaciones en entidades se reduce del 20 al 10% el porcentaje de control que debe tener la familia (hasta cuarto grado). Lambán lanzó un mensaje a sus socios de la izquierda asegurando que es una reforma justa, porque evita el agravio de que los aragoneses pagaran más que la mayoría de españoles, e indicó que si Podemos «de forma equivocada» no quería esta reforma, «es justo y legítimo» buscar «nuevas alianzas» para evitar «discriminaciones».