La idea lanzada este fin de semana por Javier Lambán de revisar el Pacto del Agua con una mesa de diálogo sumó ayer el rechazo de otra parte fundamental de este futurible acuerdo, el Partido Popular. Apenas 24 horas después de que su presidente autonómico, Luis María Beamonte, se mostrase en Barbastro dispuesto a participar, pese a criticar la intencionalidad política de la idea, ayer el diputado Ramón Celma, responsable de Agricultura y Ganadería de los conservadores, afirmaba que no tienen «ningún interés» en hacerlo.

Por su parte el PSOE, a través del presidente de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), Miguel Gracia, apostaba por dar por dejar de lado el proyecto del embalse de Biscarrués, apoyando así a Lambán, que habló de «revisarlo», y afeando al mismo tiempo al presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, que se niegue a dialogar.

Gracia respaldó la postura del secretario general del PSOE aragonés, y particularmente en uno de sus aspectos más polémicos, como es abandonar el proyecto del embalse de Biscarrués, aún pendiente de un nuevo proyecto ministerial y de una resolución del Supremo. «Todo el mundo da por hecho que está muerto, es hora de abandonar el tema y buscar opciones, porque en estos tiempos hay alternativas técnicas, la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) las tiene, que podrían contentar a todos», expuso el presidente de la institución provincial. «La gente de Huesca lo que queremos es que se cierre este sistema de riego en el Gállego, que lleva pendiente desde 1915, hace más de cien años», recalcó Gracia.

También afeó a Trillo su anuncio de que se negará a participar en cualquier mesa de diálogo, más incluso que el hecho de que mantenga su reclamación del embalse de Biscarrués. «No acabo de entenderle», admitió, «te está pidiendo dialogar el presidente de Aragón, y habrá que abordar el tema», consideró.

Gracia extendió su respaldo a la puntualización de Lambán de que no pretende derogar el Pacto del Agua sino actualizarlo, sin intención inicial de paralizar ninguno de los proyectos que estén en construcción, -algunos de los cuales siguen generando una fuerte contestación, como Mularroya, Yesa y, en menor medida, Almudévar-, a falta de lo que depare el futuro diálogo.

YA MODERNIZADO

Esta puntualización no impidió que el PP virase ayer en su postura y, aprovechando el filón de los regantes, asestara un duro golpe a un proyecto llamado a ser de consenso. El diputado Ramón Celma apuntó en rueda de prensa que «no hay necesidad» de revisar el Pacto del Agua, pues a su juicio ya está «modernizado» y adaptado a la situación actual de cambio climático.

Celma criticó además que en las dos grandes revisiones que ha sufrido el pacto, la última en el 2006, «siempre han cedido los mismos», en referencia a los regantes y los partidarios de una mayor regulación de las cuencas. De hecho se mostró sorprendido de que Lambán no hubiese hablado con aquellos antes de lanzar una idea que causa «honda preocupación», porque supone «jugar con las cosas de comer».