El PSOE está indiscutiblemente preocupado de que unos malos o mediocres resultados en las autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo esbafen la euforia de las generales del 28 de abril y creen un mapa territorial complicado de articular desde Moncloa. La prioridad es la movilización del votante, y así lo dejaron patente los tres líderes socialistas que intervinieron ayer en el mitin de Zaragoza, desde el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, hasta la candidata a la alcaldía de la capital aragonesa, Pilar Alegría, pasando por el candidato a revalidar la presidencia de Aragón, Javier Lambán.

Un acto presidido por el recuerdo al fallecido exsecretario general Alfredo Pérez Rubalcaba y, quizá en parte por eso, con más mensaje de sentimiento que de propuestas. Por encima de todo, no dormirse en los laureles, y por debajo, como motivación, de nuevo la alerta contra la alianza de las tres derechas. Pero con un barniz de entusiasmo, dado sobre todo por Sánchez, que colocó a España como ejemplo para Europa de que «con una ola de optimismo» se puede «derrotar a la ultraderecha».

El acto concitó en el Palacio de Congresos de la Expo a unas 2.000 personas según la organización, 300 más que las que se reunieron en abril en el mismo escenario. Aquel mitin fue más largo y en el de ayer primó la emoción. Puede ser porque el mensaje ya caló lo suficiente en las generales (aunque seguirá detallándose en esta campaña), aunque también por la premura. En una hora tenía que estar finiquitado para cuadrar agendas, y así fue. Solo Pedro Sánchez se explayó algo más en logros y proyectos, y adaptado al escenario, lo hizo en clave autonómica.

Así, el presidente en funciones habló de los logros sociales del Gobierno de Javier Lambán, desde el aumento del 20% en el presupuesto sanitario a la potenciación de la FP, el mantenimiento de la escuela rural o la reducción de listas en dependencia. También le atribuyó el «impulso», con otros presidentes autonómicos, a las directrices contra la despoblación dadas al Gobierno de Rajoy, que no se desarrollaron hasta que el PSOE asumió el poder.

«En Madrid vais a tener un Gobierno empático, comprometido y convencido en la lucha contra la despoblación», prometió, «que cuando piense en la financiación autonómica tendrá en cuenta el envejecimiento de la población y la dispersión territorial», afirmó.

En sintonía con el municipalismo del que suele hacer gala el presidente de la DGA, Pedro Sánchez avanzó que la próxima «será la legislatura de los ayuntamientos», al afirmar que en el modelo territorial «no es todo Cataluña». Sobre esta, escueto pero contundente, afirmó que ofrecerá «diálogo y Constitución. Fuera de esta, nada».

Sánchez, interpelado por un «compañero» asistente, también se acordó de las pensiones, para renovar su promesa de negociar con quien sea el líder de la oposición una reforma del Pacto de Toledo, para garantizar «el carácter público del sistema de pensiones», su sostenibilidad y una «jubilación digna».

COHERENCIA

Pero el mensaje de Sánchez, como el de Lambán y Alegría cuando le precedieron, se centró en despertar del letargo al votante confiado. Algo en lo que se mostró seguro, porque según dijo, «si hay algo que caracteriza a los españoles es la coherencia, y si el pasado 28-A votaron mayoritariamente futuro, mirar hacia adelante, el 26-M volverán a hacerlo».

El líder nacional del PSOE aseguró que «el 28-A España demostró a Europa que es posible combinar crecimiento económico con empleos dignos, reconstruyendo el Estado del Bienestar». Confió en que «ni con una, ni con dos ni con tres siglas de la derecha podrán frenar esta ola de optimismo». «Siguen empeñados en aliarse, no han entendido nada del 28-A. Y como no lo han entendido, digámoselo dos veces», animó, apuntando a los comicios de mayo.

Antes de Sánchez, Lambán fue, probablemente, el que mejor expuso los riesgos para el PSOE de unos resultados muy distintos en mayo de los que obtuvieron en abril. Afirmó que durante la campaña que apenas acaba de empezar recorrerán Aragón para pedir el voto por tres razones: «evitar que las derechas ganen gobiernos autonómicos, ayuntamientos y diputaciones provinciales y las conviertan en arietes contra Pedro Sánchez»; «defender la salidad, educación y servicios sociales públicos y de calidad» y la «defensa del Estado de las Autonomías». Para Lambán, «si conseguimos que se cumpla el Estatuto de Autonomía, Aragón será el pueblo más libre de La Tierra».

El presidente de la DGA advirtió en reiteradas ocasiones de la importancia del voto socialista, para que no haya un mapa de ejecutivos autonómicos que dificulte la gobernabilidad. Ponderó, por ejemplo, que frente a los «vientos de cola» de la victoria del 28-A tienen en contra «la confianza» que puede hacer al votante quedarse en su casa en los comicios de mayo.

Lambán hizo una encendida defensa de los logros de Sánchez y señaló que «si fue capaz de demostrar su patriotismo con 84 diputados y 8 meses de Gobierno, ¿qué no será capaz de hacer con 123 y cuatro años por delante?».

El llamamiento a la movilización tampoco estuvo ausente en la primera de las tres intervenciones, la de la consejera de Universidad y candidata a la alcaldía Pilar Alegría, aunque estuvo más en este último papel al confiar en que será «la alcaldesa de todos», en un mandato en el que «el ayuntamiento será la casa a la que acuda la gente a solucionar sus problemas».

CAMBIOS

Alegría anunció que si gobierna la capital aragonesa acometerá «su tercer proceso de transformación», en referencia a los cambios urbanísticos de Sainz de Varanda y Belloch, por lo que ha expuesto en anteriores ocasiones. «A este país le hacía falta el PSOE y lo hemos conseguido. A Zaragoza también, y liderado por una mujer», incidió.

A juicio de la candidata, «el 26-M hay dos opciones: un Gobierno liderado por el PSOE o uno con la ultradercha muy presente. Está en juego la Zaragoza que queremos», advirtió.

Con ella, y con Lambán, se citó Pedro Sánchez para un futuro próximo, como ya hiciera en su mitin previo a la campaña de las generales, en abril, prometiendo la visita que cumplió ayer.