El puente de Todos los Santos se ha convertido en un trampolín para desestacionalizar el turismo y prolongar todo lo posible los efectos del verano, aunque sea por unos pocos días, hasta empalmar con la temporada de nieve. De hecho, nada más empezar este corto periodo festivo, en lugares como Jaca ya se registran ocupaciones superiores al 70%, mientras que en la ciudad de Teruel se acercan al cien por cien.

En otros puntos, en la comarca del Sobrarbe y, sobre todo, en el valle de Benasque, los hoteles y otros alojamientos turísticos alcanzan o rebasan el 90% de plazas reservadas. El fenómeno tiene varias explicaciones, entre ellas las nevadas tempranas caídas este otoño, que actúan como un imán para muchas personas; el buen tiempo y el hecho de que algunos establecimientos hoteleros están cerrados por vacaciones.

«La zona está bastante animada y en particular Jaca», señaló ayer Ángel Bandrés, gerente de la Asociación Turística del Valle del Aragón. «En los pueblos quizá haya menos visitantes porque las estaciones de esquí están en fase de preparación», añadió.

Otro factor que está ayudando a prolongar índices de ocupación elevados es la celebración del primer centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que ha generado una intensa campaña publicitaria.

NIEVE Y VERDOR

Hasta el punto de que en Torla, a las puertas del enclave natural, los hoteles que siguen abiertos y las viviendas de turismo rural se hallaban ayer al 90%. «Desde hace unos años, no muchos, se aprecia que la temporada alta no acaba tan bruscamente como antes», explicó Miguel Villacampa, alcalde de Torla. «Noviembre, desde luego, era plena temporada baja, pero ahora, al menos durante el puente de Todos los Santos, todavía se reciben visitantes que vienen a disfrutar del parque nacional», añadió.

«Este año, los excursionistas pueden compaginar la nieve que cubre la Cola de Caballo con el verdor que se mantiene en el valle de Bujaruelo», señaló Villacampa, que recordó que los cámpings de la zona ya están cerrados.

Más al este, en el valle de Benasque, están «sorprendidos» de lo bien que ha empezado noviembre. «Vienen muchas familias porque la nieve actúa como un revulsivo, tenemos un paisaje navideño pese a que aún falta un mes y medio para la Navidad, y además hace mucho sol», indicó Eva Bizarro, de la Asociación Turística del Valle de Benasque.

Esta circunstancia permite que los aficionados a los deportes de invierno puedan practicar esquí de travesía en la zona de Ampríu, en Cerler, cuya estación de esquí sigue cerrada. Un poco más al norte, en Llanos del Hospital, la nieve abunda tanto que se pueden dar paseos con raquetas.

«Se puede decir que este año se ha alargado la temporada», agregó Bizarro, que cifró el índice de ocupación en «cerca del cien por cien en los establecimientos que siguen abiertos».

SIN COLEGIO

Al sur de la geografía aragonesa, en Teruel, los amantes del turismo cultural, gastronómico y deportivo se han movilizado, de forma que «ya no se encuentran habitaciones en la capital provincial», informó Juan Ciércoles, responsable de Teruel Empresarios Turísticos (TET).

Y lo mismo ocurre en el Bajo Aragón, añadió, gracias en gran medida a que Motorland organiza actividades con mucho tirón entre los aficionados al mundo de los coches y las motos, en esta ocasión Autoclassic 2018.

De ahí que el Bajo Aragón se sitúe estos días en unas tasas de utilización que oscilan entre el 80% y el 95%, al igual que en el Maestrazgo, Albarracín y Gúdar-Javalambre, mientras que en el Jiloca, la comarca de Calamocha, descienden al 50%.

«El hecho de que este año no haya colegio está ayudando mucho a llegar a unos índices tan altos», manifestó Ciércoles, que aseguró que si el tiempo se estabiliza en el sur de la comunidad la segunda parte del puente será igualmente buena para el sector turístico y hasta es posible que siga aumentando la ocupación.

«Ahora llega el momento del turismo de interior, la gente ya no busca la playa, y nosotros les ofrecemos el cambio que desean», comentó el presidente de TET. En cuanto a la procedencia de los turistas que llegan a tierras turolenses, declaró que sigue siendo predominantemente valenciano, si bien con una destacada presencia de catalanes y madrileños.

En en el Pirineo, el origen de los visitantes varía y el contingente más numeroso lo representan los zaragozanos y el resto de aragoneses, seguidos por los vascos, los navarros y, a cierta distancia, los madrileños.