La apertura al tráfico rodado de la rotonda de la estación intermodal de Delicias un mes antes del plazo previsto era ayer el tema estrella en todos los corrillos de los taxistas zaragozanos. El sector, que ha sido el principal perjudicado por la demora en las obras, ha acogido con satisfacción la noticia. "La verdad es que estamos bastante contentos de que por fin se haya abierto. Nos va a facilitar mucho el acceso a la estación, lo que a fin de cuentas supone un beneficio directo para los usuarios", manifestó ayer a este diario el presidente de la Asociación Provincial de Taxis de Zaragoza, Luis Miguel de Torres.

La rotonda, que permite ya a los conductores hacer cualquier giro para entrar y salir de la estación, tanto desde la avenida Navarra como desde la calle Rioja, será provisional. Dará uso a la intermodal hasta que se apruebe y ejecute la reordenación viaria del sector, recogida en el plan especial del futuro barrio de la estación del AVE que se está acabando de diseñar. Según el teniente de alcalde de Infraestructuras del Ayuntamiento de Zaragoza, Ricardo Berdié, quien en la mañana de ayer abrió al tráfico la rotonda, "se trataba de una obra necesaria para la ciudad que no se podía dilatar más. Se ha solventado uno de los problemas más importantes, desde el punto de vista de movilidad, y además se ha terminado antes de tiempo" (las previsiones pronosticaban el término de las obras para finales de septiembre).

Esta conexión viaria fundamental, que el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) dejó a medio construir en la anterior legislatura, ha entrado en funcionamiento más de un año después de la apertura de la estación. Entre las muchas ventajas que aportará la rotonda de cara al tráfico rodado, Berdié destacó que "antes no se podía entrar a la estación mas que en un sentido, y la salida era peor teniendo que hacer un giro de casi 360 grados para volver a coger la avenida de Navarra. Hoy se puede entrar y salir en todas las direcciones".

Esta era, precisamente, la queja más recurrente entre los taxistas zaragozanos. Tanto que algunos de ellos optaron por no incluir la estación de Delicias en su recorrido habitual. "El conductor de un taxi no obtenía ninguna rentabilidad yendo a la intermodal; se perdían casi 20 minutos en llegar para ver si había pasajeros y otro tanto para salir. No compensaba el precio de la carrera", explicó Luis Miguel de Torres. Ahora, todos estos inconvenientes y malas caras quedan atrás. El sentir general de los taxistas que ayer por la mañana se reunían en Delicias era de satisfacción. "Ya era hora de que la abrieran. La verdad es que por una vez se han comportado y han acabado incluso antes del tiempo previsto. ¡Parece mentira!", reconoció el taxista Angel Sanz.

Pero, como siempre, nunca llueve a gusto de todos. Algunos de los profesionales reclamaron ayer a los responsables competentes un plan que mejore la parada de taxis en la estación: "Es de risa, en esa parada caben como mucho 40 coches. Cuando coinciden dos trenes es imposible responder a la demanda". Además, el presidente de la asociación continuó ayer con su lucha particular para que se instale "de una vez por todas" un dispositivo luminoso que permita conocer si hay gente esperando en la estación sin necesidad de tener que entrar hasta dentro. "Si un cliente necesita un taxi, presiona un botón, se ilumina el cartel y el taxista que pasa entra a recogerlo. Es simple.", sentenció.