Utilizar los mecanismos propios de las redes sociales para denunciar contenidos no apropiados o bloquear a usuarios impertinentes o que no respetan las normas de convivencia.

Los niños tienden a pedir ayuda a madres, padres o amigos -y por este orden- cuando se encuentran con un problema en internet, desde un virus a algo peor, pero no en cambio a los hermanos, los profesores o a alguien que se dedique específicamente a ayudar a los menores, según el estudio <i>Net Children Go Mobile</i>. La confianza que tengan en la vida se traducirá a las redes cuando tengan un problema en ella, señalan los expertos. Y es mucho más grave para ellos un tema de acoso de sus compañeros de clase que un virus informático, aunque la mayoría confiesa que no realiza copias de seguridad de lo que hace en internet ni lo que tiene en su móvil.

La educación digital de los padres y su grado de concienciación es clave. Antivirus, sistemas de protección o máquinas más preparadas suelen ir ligadas a hogares de renta más alta, por lo que las administraciones reclaman poner más énfasis en solventar esta brecha también digital. Los mecanismos para subsanar un error cometido en internet dependen, obviamente, también del tipo de error y de su amplificación. Las redes sociales permiten a un usuario que borre el contenido que ha publicado, aunque si ha habido réplicas o alguien lo ha copiado, es algo que puede llegar a escapar completamente a su control. Sobre lo que publican los demás, se puede pedir la retirada a la propia red social a través de los mecanismos de bloqueo y denuncia de contenidos. No hay que tener miedo a la hora de utilizarlos. Son anónimos y suelen ser efectivos. Y si procede, como en casos de ciberacoso, hay que acudir al colegio para cortar el problema. Y si ha habido un caso de grooming o <i>sexting</i>, denunciarlo ante la policía.