Las quejas relacionadas con las llamadas a los 803, 806, 807 y 907 están creciendo de manera tan vertiginosa en Aragón que ya han comenzado a arrinconar los problemas referentes al sector de la vivienda. Si a nivel nacional, las reclamaciones de los consumidores se centran sobre todo en el sector inmobiliario (17,8%), la fiscalidad e impuestos (13,5%), los bancos (11,7%) y el servicio telefónico (4,7%), los datos en la comunidad aragonesa los copa telecomunicaciones (23,3%), al que le sigue, cada vez más lejos, vivienda (17,6%). La preocupación es evidente tanto en la Dirección General de Consumo como en la Unión de Consumidores de Aragón al valorar los datos de sus balances del 2003.

Las denuncias por la imposibilidad de darse de baja, alta o incluso de contactar con ciertas operadoras de móviles o de acceso a internet; por la facturación de conexiones a números de tarificación adicional sin el consentimiento del usuario, o por el incumplimiento del contrato tanto en tarifas como en velocidades de ADSL son cada vez mayores en Aragón.

Aunque las más habituales son las de aquéllos que, sin quererlo, han conectado en internet con un 907, hasta ahora 906. Un número de tarificación adicional, es decir, de un coste muy superior al normal, que aparece al descargar de la red programas, canciones o vídeos musicales. O al acceder a páginas eróticas, de tarot, juegos o futurología.

Un tipo de fraude muy extendido al que se añade la indefensión del consumidor. "Existe una falta de voluntad política en el Gobierno central para solucionar este problema", afirma el director general de Consumo de la DGA, Vicente Piñeiro. "Las operadoras no dan la cara y salen impunes", añaden desde la Unión de Consumidores de Aragón (UCA).

En enero, la concejal de Consumo del Ayuntamiento de Zaragoza, Mar Herrero, alertó de la existencia de un centenar de denuncias ante la Oficinal Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de facturas irregulares con una facturación media de 1.800 euros.

"La pelea por los derechos del consumidor se centra ahora mismo en Aragón en el sector de las telecomunicaciones. Un tema puntero que, en el 2003, ha desbancado al de la vivienda y al de las chapuzas o arreglos en casa", añade Piñeiro al hacer balance de las reclamaciones recibidas el pasado año. De hecho, el Ejecutivo aragonés editará el próximo mes una guía sobre el acceso del consumidor a las telecomunicaciones "para que el ciudadano pueda defenderse de los posibles abusos".

Todos coinciden en aconsejar la desconexión voluntaria a los números 803, 806, 807 y 907 como única medida de prevención. Además, piden que se denuncien estas prácticas ante la OMIC, asociaciones de consumidores o la propia DGA. Que únicamente se pague el coste de las llamadas, excluyendo las de tarificación adicional, y enviando a la operadora el resguardo bancario para que no corte el suministro. Y acceder a la Junta Arbitral de Consumo.

En cuanto al sector de la vivienda, las quejas son, en su mayoría, relativas a la compraventa de pisos nuevos y usados, concretamente el pago de señales, los honorarios de las inmobiliarias y los materiales o los acabados de las promociones. En cuanto a las reclamaciones sobre alquileres, suponen el 5% del total.

En tercer lugar aparecen las referentes a los bancos, gestorías y seguros. Es decir, los préstamos hipotecarios, el cobro de comisiones o no hacerse cargo el seguro de un siniestro debido a una determinada cláusula.

Por el contrario, el sector que más disminuyó en el 2003 fue el de las academias de enseñanza privadas, sobre todo tras el escándalo que supuso en Zaragoza el caso Opening .