Las familias del Yak-42 obtuvieron este martes, casi 14 años después del siniestro que costó la vida a 62 militares, una victoria. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que entonces era vicepresidente del Ejecutivo de José María Aznar, les recibió durante más de hora y media en La Moncloa y se comprometió a buscar la fórmula para satisfacer su principal petición: que el Estado les proporcione una reparación «moral y jurídica», después de años peleándose por buscar «la verdad y la justicia» en tribunales y administraciones.

Rajoy no les pidió perdón explícitamente, ni los afectados se lo exigieron. «A quien se lo tiene que pedir es a los que murieron», señaló Francisco Cardona, vicepresidente del colectivo, al término del encuentro.

Aunque el presidente no pronunció dicha palabra, los familiares se mostraron «esperanzados» y reconfortados al comprobar cómo el vicepresidente de un Gobierno que lo hizo «todo mal» se compromete ahora a «hacer las cosas bien». «Es una forma de pedir perdón», sostuvo la portavoz de la asociación, Curra Ripollés.

El propio presidente, en declaraciones a los medios de comunicación, mostró su confianza en que «entre todos» el Estado sea capaz «de hacer las cosas como hay que hacerlas», lo que supone emendar la plana al comportamiento y las formas empleadas por Trillo durante años.

Las familias esperan ahora que el Ministerio de Defensa elabore una resolución que asuma el dictamen del Consejo de Estado, que culpó del accidente al ministerio y que provocó la salida de Trillo de la embajada de Londres. Desean, además, que el informe se presente en el Congreso y que la responsabilidad patrimonial del Estado «emerja» del reconocimiento de una negligencia, por haber contratado sin garantías el traslado de los militares.

«Nos repudiaría que dijeran que el comportamiento de Defensa era normal», sostuvo el abogado de la asociación, Leopoldo Gay. En su opinión, el tema es «difícil y delicado» porque significaría, en última instancia, el reconocimiento de que no se trató de un «accidente», sino que fue consecuencia de que volaban en una «chatarra», término usado por el padre de uno de los fallecidos, quien recordó que además se «ultrajaron sus cuerpos».

Cospedal, que participó este martes en la reunión y ya pidió «perdón en nombre del Estado» en su comparecencia en el Congreso el pasado 16 de enero, explicitó a su vez, en una conversación informal con la prensa, el deseo del Gobierno de hacer un informe bien documentado, aunque asumió la dificultad de encontrar los documentos de las subcontratas del Yak que piden las víctimas.

Aun así, la ministra se comprometió con los afectados a presentarles en primer lugar al borrador del informe, algo que en opinión de Ripollés es síntoma de su «voluntad de diálogo». Si el dictamen recoge todas sus demandas, aseguró la asociación, supondrá suficiente «homenaje», no necesitarían más, pese a que Rajoy se ha mostrado dispuesto a rendir honor a los fallecidos.

Esa es la cuestión que importa ahora, según el abogado de la asociación de víctimas Yak-42, Leopoldo Gay: «Que el Ministerio de Defensa dicte una resolución en la que quede explícito que la administración funcionó mal», es decir, que hubo una mala intervención de la administración, tal como el Consejo de Estado manifiesta. Según Gay, la ministra de Defensa «asume la responsabilidad patrimonial pero eso no es suficiente». Desde que «se voló en un vuelo que no debería haber despegado» hasta la identificación de las víctimas y «las mentiras que se dijeron al respecto», «la Administración lo hizo todo mal», señala Gay.

Por eso, no es suficiente con una restitución verbal, o una declaración de buenas intenciones, tiene que quedar reflejado en un documento, «hay que escribirlo».

Por otra parte, las víctimas también trasladaron al Presidente del Gobierno su propuesta para que el Congreso de los Diputados apruebe una moción, a modo de «homenaje de Estado, no de partidos», en el que todos los grupos muestren su apoyo.

El portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, criticó que Rajoy se comporte como un «carromato», haya tardado 14 años en reaccionar y lo haya hecho por la «presión» de las familias y de los grupos políticos que le han «arrastrado al sentido común».

El portavoz del grupo socialista, Antonio Hernando, preguntará hoy a Rajoy, en la primera sesión de control al Gobierno de este año, si va a asumir la petición de perdón expresada por Cospedal.