Mariano Rajoy se proclamó ayer el "único" candidato a la presidencia que aspira a un Gobierno estable para España, y pidió el voto para que la gente pueda seguir "pagando la hipoteca, teniendo sus servicios y viviendo con seguridad". Por contra, presentó al PSOE como un partido "débil", que "traga con todas las exigencias" de aquellos con los que pacta y que representa un "riesgo" para la economía.

El líder del PP lanzó ayer este mensaje central en el mitin de Las Palmas de Gran Canaria, coincidiendo con la publicación de varias encuestas que dejan al PP por debajo de la mayoría absoluta. Rajoy volvió a pedir la movilización de los votantes, pero esta vez no apeló a los socialistas desencantados con los pactos con ERC, como hizo el viernes en Salamanca.

Ayer se dirigió de forma "especial" a los jóvenes y a las mujeres para que le otorguen su confianza, consciente de que esos dos segmentos encierran un filón de votantes indecisos. Ofreció un Gobierno estable y comprometido con los intereses generales: "No tengo otro compromiso, no tengo otra hipoteca y no le debo nada a nadie". En un discurso de tan sólo 18 minutos --el más breve en nueve días de campaña--, Rajoy manifestó ante unos 5.000 seguidores que el PSOE es un partido "sin experiencia ni preparación", y vinculó a Rodríguez Zapatero con los años más oscuros del mandato socialista. "Habla de lo que hiciste en el Congreso durante aquella época que a lo mejor muchos españoles ya no recuerdan: la del paro, el despilfarro y la corrupción", inquirió al líder del PSOE.

Por primera vez en la campaña, Rajoy habló de inmigración, en una comunidad que vive con especial intensidad los embates del fenómeno, y se declaró "radicalmente" contrario al papeles para todos y llamó "demagogos" a quienes lo propugnan.

INTENTO DE BOICOT Mientras, en Madrid, el vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, sufrió un intento de boicot por parte del actor Leo Bassi en un acto en el parque del Retiro. En el marco de su performance Lo peor de Madrid, el séquito del actor --éste iba vestido de militar-- comenzó a gritar "¡Fuera, fuera!", "Es mentira" y "Queremos debate".