Un viaje en avión privado desde Madrid a Teruel para realizar un acto protocolario de poco más de media hora sobre la extensión de la banda ancha. Después un paseo por el centro de la ciudad. El problema de la despoblación será un elemento crucial en las próximas elecciones y el PP ha decidido tomar la iniciativa. Por ese motivo el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, prometió que antes del 2021 la fibra óptica llegará a todos los pueblos de España. A todos. Sin importar su tamaño. Y para todos aquellos que vivan alejados de los núcleos de población reclamó un proyecto complementario.

El dirigente popular limitó su anuncio a las nuevas tecnologías, a pesar de las continuas referencias a la compleja situación demográfica que vive la provincia. El plan contra el reto demográfico que está cocinando el Gobierno tendrá que esperar. Como máximo tres meses si se cumplen los compromisos. Tampoco hubo alusiones al futuro del carbón ni a la central de Andorra, a pesar de estar acompañado en el acto por el ministro de Energía y Agenda Digital, Álvaro Nadal.

La intención de los populares es dedicar 525 millones de euros en todo el país para colocarse en vanguardia europea en cuestiones digitales. «Será el mayor esfuerzo modernizador en mucho tiempo», aseguró Rajoy. El presidente reconoció que España perdió la oportunidad de sumarse a otras revoluciones económicas como las del vapor o la electricidad. «Nuestra estrategia no es para una legislatura, es para una generación», avanzó. Mañana se aprobarán, previsiblemente, los primeros 150 millones en la materia.

Las cifras que maneja el departamento de Industria preven para Aragón un aporte de 18.771.998 millones de euros que permitirá que el 95 % de la población tenga cobertura. Está por ver cómo se coordinará esta iniciativa con el proyecto de la DGA en la materia en el que ya se han invertido 36,5 millones.

Rajoy indicó que este tipo de medidas para facilitar el acceso a la banda ancha en todo el país sirve para «mejorar el bienestar de la ciudadanía y reducir las barreras de la lejanía y la dispersión». Alegó también que es una forma de generar «igualdad de oportunidades». Y volvió a reconocer que está conforme con la propuesta de que factores como el envejecimiento sean criterios fundamentales a la hora de diseñar una nueva financiación autonómica. «Estamos preocupados por estos problemas como todo el mundo en sus cabales», aseguró.

El acto para presentar el plan 300x100 se celebró en la antigua sede del Banco de España en la capital turolense. En la actualidad es la sede del Centro de Estudios de la Física del Cosmos de Aragón (CEFCA), promotor del observatorio astronómico de Javalambre. La alcaldesa de la ciudad, Enma Buj (PP), destacó la necesidad de estas inversiones para «lograr riqueza y empleo». Además agradeció las líneas de financiación local con la que se han saneado las cuentas, en referencia a las partidas del FITE o los planes de pago a proveedores. «Esas medidas nos han sacado del abismo», aseguró.

Sobre los compromisos del Ejecutivo estatal con Aragón no hubo novedades. Rajoy repitió la lista de promesas, licitaciones y ejecuciones que maneja con soltura el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna en sus habituales visitas a la comunidad. Dijo que en los próximos meses acabarán las obras en la N-232 entre Ráfales y el límite con Castellón y resaltó su «compromiso firme» con el corredor ferroviario Cantábrico Mediterráneo al recordar que se ha multiplicado por diez el tráfico de mercancías. «Es una importante mejora de la actividad económica», evidenció.

Anunció igualmente que ya se han dado las órdenes de estudio para reformar los tramos de la N-330 de Teruel a Villastar (13 millones), y de Villastar a Ademuz (96). Otra vía en proceso de mejora es la carretera a Cuenca para mejorar la conexión en coche con Madrid.

Teruel fue la sede el pasado verano de un foro de las comunidades que comparten el reto demográfico. El Gobierno dijo que había tomado buena nota de las propuestas que allí se acordaron. Por ahora, el paseo del presidente por la ciudad dejó más sensación de acto electoral que de deber cumplido.