Apenas tres días después de tender puentes a Pasqual Maragall y expresar su respeto al Gobierno de Cataluña, Mariano Rajoy volvió a colocar ayer al tripartito en el centro de la batalla política. El candidato del Partido Popular calificó dicho acuerdo de "insensatez", afirmó que "no va a durar mucho tiempo, pero a lo mejor hace perder mucho tiempo", y confió en que no se reproduzca una coalición de ese tipo a nivel estatal después del 14 de marzo. Además, prometió dar un millón de euros a la persona que le diga qué va a hacer el PSOE con los impuestos.

Sobre el tripartito comentó: "Hay gente que todavía no se ha enterado de que con sus dogmatismos, sus políticas ridículas y sus ideologías trasnochadas le han hecho mucho daño a mucha gente". Rajoy arremetió contra el Gobierno catalán en su segundo día de campaña, y lo hizo desde un escenario que se encuentra cargado de simbolismo para los populares: Baleares.

En esa comunidad, igual que el pasado año en Cataluña, una coalición bajo batuta socialista logró el poder en 1999. Aquella operación, que desató las iras del PP --que fue la fuerza más votada--, llegó a su fin en el 2003 a raíz de la victoria electoral por mayoría absoluta del popular Jaume Matas.

EL RIESGO Pero ahora ha surgido el tripartito catalán. Y si el PP no gana los próximos comicios con una mayoría suficientemente amplia, corre el riesgo de que el PSOE lo sorprenda con otro pacto de gobierno, a nivel estatal, pese a que José Luis Rodríguez Zapatero ha asegurado que no gobernará si su partido no logra la mayoría de los votos.

De ahí que Rajoy haya aprovechado un mitin en Mahón (Menorca), ante 400 correligionarios, para lanzar sus advertencias contra las coaliciones de izquierdas, donde quiera que se produzcan.

En otro mitin en Palma de Mallorca ante 7.000 personas, el candidato popular comentó: "No lo tengo, pero estaría dispuesto a darle un millón de euros a cualquiera de las personas que están aquí, que me digan qué es lo que va a hacer el PSOE con los impuestos".

RESURRECCION Insistió, además, en la falta de modelo económico del PSOE y en la falta de modelo de Estado. El candidato popular acusó a Zapatero de no tener criterio sobre nada y advirtió de que en España tiene que haber alguien que tenga criterio y visión de conjunto y, añadió, "ahora sólo quedamos nosotros". El dirigente del PP resucitó, además, la "corrupción" del PSOE.