Los socialistas recuperaron el pasado domingo el dulce sabor de la victoria tras una larga etapa de batacazos electorales. Y eso se respiraba ayer en la Fiesta de la Rosa del PSOE de Zaragoza, que reunió a 1.500 personas en el Parque de Atracciones de Zaragoza, un lugar de esparcimiento y ocio infantil que invitó a dejar a un lado las rencillas y luchas internas que han marcado la vida del partido en la comunidad en los últimos tiempos. Ahora toca cerrar filas y apostar por la estrategia electoral que tan buenos resultados le ha dado en los pasado comicios a Pedro Sánchez, al que ahora fía su futuro Javier Lambán para evitar ser desbancado por un gobierno de derechas.

De ahí, que no faltaran en los discursos las apelaciones al voto del miedo a Vox y a que este partido de ultraderecha sea la llave que dé el poder al PP y Ciudadanos en la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza, entre otras administraciones locales. Lambán tomó nota así de los resultados del 28-A y optó por renovar su habitual argumentario, plagado de alusiones a la tensión independentista en Cataluñza o la defensa de la Constitución, referencias que ayer fueron tímidas para poner el énfasis en la defensa del Estado autonómico.

El mejor ejemplo de que arrimarse a Pedro Sánchez es hoy por hoy garantía de éxito en las urnas es el presidente valenciano, Ximo Puig, el invitado especial con que contó un mitin, que, como finalizó con una paella popular para los 1.500 asistentes.