Será la recuperación económica o el envejecimiento de los inmuebles pero hay un hecho constatable en Zaragoza que es que las obras de rehabilitación o de construcción y apertura de nuevos establecimientos está creciendo. Lo lleva haciendo cuatro años consecutivos y eso se aprecia fácilmente con el impuesto que grava cualquier intervención que requiere licencia, el de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). Solo en el último año, un 19,2% con respecto al anterior.

Un andamio en la calle, salvo que el propietario esté exento por alguna razón, siempre se traduce en un recibo. Muchos andamios, vallas de obra y trasiego de maquinaria en edificios, locales o naves, significan más ingresos para las arcas municipales. Y, en este sentido, el consistorio zaragozano logró recaudar en el 2017 una cifra récord en los últimos ejercicios. Un total de 11.325.330,92 euros, la cifra más alta de los últimos años y casi 2 millones más que en el 2016, cuando alcanzó los 9.493.707,91 euros.

Si este crecimiento de casi el 20% fuera algo puntual, quizá no invitaría a tanto optimismo como el hecho de que acumule cuatro ejercicios consecutivos en línea ascendente. Desde que en el 2014 se llegara a la cuantía más baja de los años de la crisis, con solo 6.265.423,85 euros. Así, los daños del año pasado se traducen en que en este periodo se ha conseguido duplicar la recaudación por el ICIO.

Esta es una buena noticia para las arcas municipales pero también para la economía local. Teniendo en cuenta que este tributo municipal grava el 4% del coste total de la ejecución de cualquier obra que requiera licencia, se podría estimar que en todo el 2017 se realizaron trabajos por valor de más de 280 millones de euros. Que son muchos más puesto que también se contemplan importantes bonificaciones para proyectos muy concretos. Descuentos en el recibo que llegan incluso al 95% en supuestos en los que se busca con la actuación es una mejora medioambiental o sobre la accesibilidad del inmueble.

Así que esos 11,32 millones de euros son también una buena noticia para las pequeñas y medianas empresas que trabajan en el sector de la rehabilitación, ya que pasar de poco más de 6,2 millones a casi el doble implica más trabajo para ellas, que representan más del 80% del tejido empresarial de la ciudad y de toda la comunidad autónoma.

Una evolución de 4 años que consolida un incremento iniciado en el 2015, cuando el ayuntamiento logró recaudar un total de 8.975.224,34 euros. Al año siguiente fue medio millón de euros más y el ejercicio del 2017 representó recibir 2,4 millones de euros más que entonces.

Antes del 2014, la progresión había sido irregular. El ICIO también padeció duramente el impacto de una crisis económica que se hizo muy palpable desde el 2008 y 2009 hasta 5 años después. Pero, aún así, había experimentado una notable mejoría, a tenor de los indicadores de este impuesto municipal, en el 2013, cuando se llegó a ingresar un total de 9.482.336,11 euros, una cifra muy similar a la alcanzada en el 2016 y que Zaragoza tardó tres años en recuperar. La del 2017, no obstante, la supera ampliamente.

Pero ya entonces se pensó que esto era sintomático de una recuperación económica que no fue tal. Sobre todo porque solo un año antes, en el 2012, los ingresos por el ICIO habían supuesto un total de 8.307.258,17 euros para las arcas públicas. Y no es, ni de lejos, el impuesto que más reporta al consistorio en inyección económica, poco más del 1% del total disponible cada año, pero es un termómetro perfecto para tomar el pulso a la actividad de esas pymes en la ciudad o de la capacidad financiera de quienes costean esas obras y construcciones.

Si hay más andamios como el que estos días luce en el edificio de La Zaragozana en la plaza España -instalado, según explicó la empresa, «para hacer una reparación en los balcones»-, eso significa que hay dinero circulando. Y que le llega al sector más debilitado de la construcción por la crisis, el de la rehabilitación.

La obtención de ingresos es positiva para el ayuntamiento hasta procedente de obras con las que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) se ha manifestado abiertamente en contra. Como la que planea rehabilitar un edificio de la calle San Miguel que prevé, según su proyecto de ejecución, construir varias plantas de aparcamientos subterráneos. No lo permitía la normativa municipal, pero el constructor recibió luz verde del pleno. Y ahora los trabajos han comenzado.