"A mí me toca dar a luz en el Clínico en unos días, y la verdad es que me da un poco de respeto el tema de la legionela". María no puede evitar un cierto resquemor, a pesar de los mensajes tranquilizadores de la Administración sanitaria y de que las torres de refrigeración llevan siete días desinfectadas. Ella no es la única. Otra mujer que debe ser intervenida de una hernia, dentro de 15 días, se preguntaba si no sería mejor postponerlo, aunque su marido le insiste en que es ahora cuando más tranquila puede estar porque hay una gran vigilancia. Los vecinos no pueden elegir. Su casa está allí. Pero ya han vivido situaciones similares "y nunca ha pasado nada".

A las puertas del hospital Clínico ayer las opiniones eran para todos los gustos. Elena y Alfredo, que habían venido desde Huesca para un consulta, aseguraban estar muy tranquilos. "Siempre hay cosas de estas en todos los sitios. Ni nos lo planteamos. No nos preocupa en absoluto", decía ella. "Jugando lo que me estoy jugando, me da igual la legionela", señalaba Alfredo, que va a ingresar en unos días para someterse a una intervención por un proceso importante.

María Teresa, la madre de una joven que ingresó en el hospital el lunes por la mañana, no compartía esta actitud, aunque la suya rayaba la resignación. "Da igual lo que me preocupe por la legionela. Pasará lo que Dios quiera. Lo lógico es que a mi hija no le ocurra nada más, me intranquiliza un poco pero intento no pensarlo, porque cuando hay que estar aquí, no te queda otro remedio". Y se echaba a llorar.

Desde Utebo acudían a las consultas, Raúl y su hermano Alvaro, que va en silla de ruedas por una caída. "A mí la verdad venir al especialista no me da ningún reparo, pero si ahora mismo tuviera que ingresar, pediría que me retrasaran la operación", reconoce.

Ventana a las torres

La ventana de Esther da justo a la puerta del Clínico. Incluso, si fuerza la vista, puede ver desde allí las torres de refrigeración. "Lo que tenga que ser, será", explicaba esta mujer. En su bloque, la preocupación no era excesiva, "porque ya han anunciado brotes otras veces y nunca ha pasado nada", según explicaba Ana María. Además, como apostillaba su marido Pedro, "el cierzo va para el otro lado".

En la funeraria contigua, también están pendientes de la noticia, pero sin sentirse alarmados. "Aquí tenemos instalación de refrigeración, pero no torres y, además, de momento, nadie de la Administración ha venido a revisarlas", explicaba uno de los responsables de Pompas Fúnebres Zaragoza.

Sin embargo, y a pesar de la aparente calma, el brote de legionela fue uno de los temas que protagonizó ayer las reunión de la Asociación de Vecinos Manuel Viola de Delicias. "Tenemos la preocupación justa porque, indiscutiblemente, es una cuestión que altera la vida cotidiana pero no alarma", aseguraba Isabel Antón, responsable de Sanidad de las asociación. "Estamos expectantes. Pero, no obstante, habría que intentar que los mecanismos de prevención funcionasen mejor".