El recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que cobra el Ayuntamiento de Zaragoza ha causado este año una negativa sorpresa en los contribuyentes. Según el acuerdo alcanzado por los socios del Gobierno municipal, PSOE y CHA, en octubre del 2003, y refrendado por el pleno, la antigua contribución urbana debía subir un 9,75% en el 2004; sin embargo, al final los ciudadanos han tenido que afrontar un aumento global del 11,94%, porque el ayuntamiento no es la única institución que toca las variables sobre las que se calcula el impuesto.

En la práctica, el importe definitivo del recibo supera en más de dos puntos el incremento del IBI anunciado por el consistorio. Se trata de un pago anual importante que ronda en mucho casos los 200 euros, y la variación no pasa desapercibida.

Excepto en 1997, año en el que se aplicó la revisión del Catastro y en el que la factura del IBI de buena parte de los zaragozanos sufrió un importante tirón, los incrementos en los últimos ejercicios se han inscrito en la línea del IPC.

Para el 2004, PSOE y CHA decidieron una subida excepcional, que triplicaba el aumento del IPC. Los socialistas defendían un porcentaje de incremento aún mayor --llegaron a proponer un 25% de más en el IBI de todos los pisos de Zaragoza-- y CHA se negaba a asumirla. Tras una accidentada negociación, en la que a última hora tuvieron que intervenir representantes ajenos al ayuntamiento de los partidos que forman la coalición, se pactó el citado 9,75%, superado ahora con creces en el recibo final.

EL AGUA Y LA BASURA Además de incrementar la contribución de forma lineal, el equipo municipal que preside el alcalde Juan Alberto Belloch decidió un aumento 8,5% para el agua y un 8% de alza para el recibo de la basura. Ambas facturas afectan a la práctica totalidad de las familias que residen en Zaragoza.

El plazo para el pago voluntario del Impuesto de Bienes Inmuebles finalizó el último día de abril y a estas alturas la mayoría de los propietarios de pisos, tanto los que ingresan el impuesto al recibir el aviso como los que lo abonan a través de la domiciliación bancaria, ya lo ha satisfecho.

Los contribuyentes esperaban un incremento superior al de los últimos tiempos, pero la propina de los dos puntos de más ha causado sorpresas y quejas, plasmadas en comentarios callejeros o en llamadas a programas radiofónicos de participación popular.

La subida que anunció el ayuntamiento se refería exclusivamente a la variable sobre la que decide el consistorio. Es el tipo impositivo que se aplica sobre el valor catastral determinado por el Ministerio de Hacienda para cada vivienda o local, y que ha pasado del 0,4% al 0,439%.

Sin embargo, este valor catastral sobre el que se aplica el tipo municipal también suele aumentar cada año, aunque no es el consistorio quien decide cuánto. El resultado final recae sobre el bolsillo del contribuyente, que no paga sólo el alza municipal, sino todas las que se adjudican al impuesto; del 9,75% se ha pasado a casi el 12% --11,94% exactamente, según la comparación entre recibos del año pasado y de éste--.

EJEMPLOS Las facturas que acaban de pagar los ciudadanos muestran que la previsión del ayuntamiento se quedó corta: por ejemplo, un piso de 135 metros cuadrados construido en 1997 en el Actur pagó en el 2003 240,51 euros en concepto de IBI, y este año el importe del recibo ha ascendido a 269,24 euros.

Un local en el mismo barrio --en Gertrudis Gómez de Avellaneda-- de 230 metros cuadrados, tenía que abonar 263,08 euros en el 2003, y en este ejercicio su contribución ha subido hasta los 294,51 euros.

En otros sectores de la ciudad se ha tenido que asumir el mismo porcentaje de recargo. En la calle Santa Gema, de San José, un piso de 95 metros cuadrados pagó en el 2003 130,70 euros y ahora paga 143,31 euros; en La Paz, otra vivienda de idéntica superficie aportaba al ayuntamiento por el IBI 203,3 euros y en esta ocasión el recibo municipal marca los 227,6 euros.

Es posible, además, que los próximos incrementos superen la línea del IPC; en el consistorio recuerdan que en el Zaragoza el IBI es bajo.