El único transporte público a la prisión de Zuera consiste en dos enlaces por la mañana y otros dos por la tarde durante los fines de semana. El concepto de aislamiento nunca ha estado más apropiado para este centro, que está a 15 kilómetros de la localidad. Cuando un interno obtiene un permiso, se le pone en la puerta y tiene que resolver el transporte por sus propios medios. Lo mismo ocurre cuando quedan en libertad, ya que sólo se les entregan vales para canjear por billetes hasta su destino en ferrocarril. Los que tienen familiares en Zaragoza o Huesca tienen la ventaja de que pueden venir a buscarles, pero en el centro hay ahora muchos internos de Valencia y Murcia. Se impone el auto-stop, en el que colaboran voluntarios y funcionarios.