La carretera autonómica que une Zaragoza con Sariñena y Monzón (A-129) está bien "a tramos", como dice Alfonso Salillas, presidente de la comarca de Monegros. "En unas partes es ancha y con buen firme y en otras se estrecha y el asfalto está estropeado", dice.

Este diagnóstico sobre una vía aragonesa concreta se puede aplicar a toda la red dependiente de la DGA, que posee una longitud de 5.408 kilómetros y cubre todo el territorio.

Nunca ha llegado a estar bien del todo, pese a los esfuerzos de la Administración por modernizarla y homogeneizarla. Pero, de un tiempo a esta parte, los recortes en mantenimiento y el bloqueo del Plan Red por el actual Ejecutivo la han conducido a un progresivo deterioro.

"La carretera de Huesca a Fraga, la A-131, está muy mal entre Sariñena y Villanueva de Sigena", continúa Salillas. Y, como él, prácticamente ningún presidente comarcal está satisfecho con el estado de las vías autonómicas que cruzan su territorio.

"Se ha hecho mucho hincapié en los cinturones de Zaragoza, Huesca y Teruel y el resto de Aragón está abandonado", lamenta Alberto Izquierdo, vicepresidente de Gúdar-Javalambre, que se queja de que dos vías de su zona, entre Mosqueruela y la provincia de Castellón (A-1701) y entre Gúdar y Camarillas (A-228), "están igual que hace cien años".

En su opinión, los problemas se acentúan porque hace años que "no se acomete una verdadera renovación del asfalto y el trazado". "Lo único que se hace es parchear aquí y allá y así no se va a ningún lado", protesta.

Las quejas del Sobrarbe se dirigen hacia la A138, que atraviesa la comarca del sur a norte y conduce a Francia por Bielsa. "Se trabaja en algunos sitios, pero el firme está fatal en bastantes tramos porque las obras se van posponiendo", apunta Enrique Campo, presidente del ente comarcal. "Y de Salinas a Plan, por el valle de Chistau, sigue siendo demasiado estrecha", asegura.

En cambio, en La Litera las carreteras que unen las principales localidades "no están mal", en palabras de Antonio Fondevila, responsable de la comarca. Como ejemplo pone el tramo Binéfar-San Esteban de Litera, que ha sido acondicionado recientemente.

En cambio, las vías que llevan a poblaciones más pequeñas pueden presentar zonas de asfalto cuarteado o rugoso e incluso algún bache. Claro que el peor tramo, comenta Fondevila, es uno que se adentra en Aragón dos kilómetros, pero que en realidad une dos poblaciones catalanas, Alfarrás y Almacellas. "Está totalmente olvidado", dice.