La política fiscal del PSOE para Zaragoza se basa en cinco pilares, según recoge su programa. El primero, un «esfuerzo progresivo y constante de reducción de deuda» y los intereses que conlleva; el segundo, trabajar para incrementar las transferencias recibidas por la ciudad tanto del Estado como del Gobierno de Aragón y sobre todo de Europa, «de la que apenas nos nutrimos».

Un tercer foco sería «mejorar la estructura del gasto público», con un 12% del mismo destinado a obras públicas frente al 5,5% de la media actual. También apuestan por los procesos de concurrencia competitiva, con un seguimiento de contratos externos y un gasto «más ajustado a las demandas ciudadanas».

En cuanto a los impuestos, los socialistas apuestan por la «contención» de la presión fiscal, sin mucho más detalle.

El impulso económico para la ciudad, a la que pretenden convertir en un referente del norte de España (acorde al menos con su quinto puesto en cuanto a población), pasaría principalmente por las áreas tecnológicas. No en vano Pilar Alegría tiene como número dos de su lista al vicerrector de Investigación de la Universidad de Zaragoza, Luis Miguel García Vinuesa.

Uno de los proyectos estrella es UniverZiudad, un cúmulo de medidas con el objetivo de hacer de la ciudad un referente en el desarrollo científico. Desde la captación de talento y retorno joven (facilitando alojamiento y servicios, por ejemplo) hasta la conexión de universidad, empresas e institutos de investigación para los proyectos. Esto combinado con grandes proyectos como Mobility City.

Otra vía sería la economía circular vinculada a la sostenibilidad (el aprovechamiento de recursos), que también conllevaría desarrollo tecnológico y con él la activación económica, analiza el PSOE.