Excelente discurso. Los maestros propagandísticos aplaudirían el oasis político mostrado por la presidenta. Aragón: tierra de "estabilidad institucional, que crece más y mejor que otras comunidades, con empleabilidad, con una política social de vanguardia, y pasillo de seguridad de España hacia Europa en sentido democrático, político y cultural". Le ha faltado ser fiel a sus palabras; echar toda la carne al asador rajoniano y "convertir en proyectos de Estado, la Travesía Central Pirenaica, la reapertura del Canfranc o la mejora de los pasos transfronterizos", luchándolos de verdad; vender menos propuestas de regeneración política y demostrar más su compromiso social "con hechos ejemplarizantes", diciendo adiós al cobro de sobresueldos, y cumpliendo con el Rudileitmotiv: "Ser prudentes, no bajar la guardia, ni sentirnos satisfechos".