La rehabilitación de la antigua harinera de San José en un centro cultural de gestión compartida todavía no ha concluido ya que falta la tercera planta por acondicionar. Algo que si se cumplen todos los plazos previstos se realizará este mismo año ya que la obra tiene una ejecución de dos meses y, en principio, los trabajos arrancarán durante la primavera por lo que el 2019 estará ya todo el edificio a pleno rendimiento (siempre que se cumplan los plazos marcados por Zaragoza Vivienda).

En cuanto concluyan las obras se habrá puesto el punto y final a un largo proceso «de rehabilitación de ciudad» que comenzó hace más de diez años y cuya recontrucción se relanzó en la pasada legislatura hasta llegar a esta en el que el proyecto ha tomado vuelo.

El arquitecto encargado de todo este proyecto ha sido Teófilo Martín hacia el que no hay más que palabras de elogio. «Él presentó un proyecto pero iba recogiendo todas las aportaciones que le iban haciendo las comisiones y las iba haciendo suyas», explica un Diego Garulo que concluye con una frase contundente: «Este es un proyecto low cost (la rehabilitación de cada una de las plantas ha costado alrededor de 200.000 euros) y él ha cumplido con esa etiqueta ahora que se ven tantos sobrecostes en algunas obras». Ahora mismo, aunque la instalación del ascensor permite llegar a ella, esta planta no tienen ningún uso.

Con la apertura de la tercera planta, la Harinera ganara más superficie que le permitirá, entre otras cosas, juntar en un mismo lugar las mesas de trabajo de coordinación y disponer de más salas si en un momento dado hay un gran número de actividades y hay que celebrar alguna reunión de trabajo y comisión.