Ana Isabel Colás, administradora de la empresa Colás Diseño, ratificó ayer ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza, ante el que compareció como testigo dentro de la pieza principal del caso Plaza, la declaración que prestó a primeros de noviembre ante la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) del Cuerpo Nacional de Policía. En ella explicó que en mayo del 2005 facturó a la empresa Actividades Margalejo 108.173 que, en realidad, corresponden a su trabajo para decorar el ático que la familia del exgerente de Plaza, Ricardo García Becerril --el inmueble a nombre de sus hijas Patricia y Carolina--, tras las obras de reforma que efectuó en él Construcciones Hernández Langa. Una de esas facturas, de 69.600 euros, coincide con otra por la misma cuantía que Margalejo emitió cuatro días después a la UTE Plaza, liderada por Acciona. A finales de ese mismo año, la empresa de decoración efectuó otro trabajo en una vivienda propiedad de García Becerril y su esposa en el centro de Zaragoza. Para pagarlo, según la declaración que Colás ratificó ayer, el exgerente de Plaza utilizó el dinero que le había sobrado de la anterior factura, y le indicó que debía emitir otra, dirigida contra la UTE, también por valor de 69.600 euros y con el concepto de "trabajos de distribución, reformas y amueblamiento de edificios para oficinas". Con el dinero sobrante de ese segundo pago, según la versión de la empresaria, García Becerril le encargó un nuevo trabajo, en esta ocasión en un dúplex del Camino de Juslibol propiedad de su hija Carolina. Poco después efectuó una nueva intervención, en esta ocasión en el edificio de la calle Villa de Plenas en el que tenía su sede social Pulsar Consultoría e Inversiones, la empresa de sus hijas.