Ni el Ministerio para la Transición Ecológica ni el Ejecutivo autonómico piensan ponérselo fácil a Endesa. La ministra Teresa Ribera, que ayer intervino por teléfono en la reunión que el presidente Javier Lambán mantuvo en la DGA con alcaldes y sindicatos de las cuencas mineras, reiteró que no autorizará el cierre de la térmica de Andorra hasta que la eléctrica ponga encima de la mesa un plan de compensación. En este sentido, Lambán recordó que Endesa ha ganado «mucho dinero» en Aragón y subrayó que no tendría ningún sentido que se marchara sin impulsar alternativas reales para la zona.

Así, todos los agentes que participaron ayer en la reunión instaron a crear un frente común contra el cierre de la central, de la que dependen de manera directa unos 600 trabajadores y otros 3.000 de manera indirecta. Este grupo de trabajo se dirigirá a la eléctrica para conocer sus planes reales y exigirle que restituya a la comunidad de alguna forma. Lambán y Ribera podrán cerrar filas a principios de diciembre, cuando está previsto que la ministra visite la comunidad (aún no se sabe se viajará a Zaragoza o a Andorra).

Hasta entonces, la consejera de Economía de la DGA, Marta Gastón, y el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, mantendrán contactos para concretar las acciones a desarrollar y que la reunión con la ministra sea de trabajo real y no una mera «declaración de intenciones».

El Ejecutivo autonómico también prevé llevar este asunto a la Comisión Bilateral Aragón-Estado que se celebrará en Zaragoza el próximo lunes, según dijo ayer Lambán tras participar en la reunión junto a los alcaldes de Andorra y Ariño, Sofía Ciércoles y Joaquín Noé, y a representantes de UGT, de CCOO y de la empresa Samca.

Por otra parte, el presidente de la DGA subrayó que tanto el ministerio como su Ejecutivo van a estudiar todas las fórmulas posibles para intentar alargar la vida de la central y, de esta forma, ganar tiempo para ir implantando un plan de reindustrialización y atraer empresas a la zona. «Existen posibilidades técnicas y jurídicamente válidas para prorrogar su vida», aseguró Lambán.

VIDA MÁS ALLÁ DEL 2020

Así lo consideró también el secretario de UGT en Teruel y trabajador de la térmica, Alejo Galve, que apuntó que la central podría seguir funcionando un tiempo más allá de junio del 2020 (la fecha de defunción dictada por Endesa). Para ello, la planta tendría que limitar su actividad a 1.500 horas y solo funcionaría cuando el sistema eléctrico nacional así lo requiriera. Todo ello no exigiría la inversión millonaria por parte de Endesa para reformar la térmica.

Al alargar todo lo posible la vida de la central, la comarca ganaría tiempo para impulsar su reconversión, en lo que se adivina como la última oportunidad para reindustrializar realmente la zona.

En este sentido, tanto la DGA como el Ayuntamiento de Andorra ya miran a otros sectores como alternativas al monocultivo del carbón. Ambas instituciones consideran que la agroalimentación y las energías renovables son las actividades llamadas a revitalizar la comarca cuando la minería pase a mejor vida. De hecho, en el entorno de la comarca ya hay proyectos de fotovoltaica y éolica en marcha, mientras que la agroalimentación se ha convertido en la gran esperanza contra la despoblación de muchos pueblos aragoneses.

Tanto es así, que el consistorio andorrano ya tiene encima de la mesa algunos proyectos de empresas de estos dos sectores, si bien se encuentran en una fase muy incipiente y todavía no hay nada decidido.

Para aumentar las posibilidades de que finalmente se lleven a cabo, el ayuntamiento y la DGA consideran que es de vital importancia recuperar el proyecto de elevación de aguas del Ebro a Andorra para garantizar el suministro a las empresas interesadas en instalarse en la zona (sobre todo a las agroalimentarias). A este respecto, Lambán indicó que la primera fase ya está concluida pero aún está pendiente la segunda.

«Tenemos suelo suficiente, pero si no hay agua ninguna compañía querrá instalarse en el municipio», subrayó Ciércoles. Galve también se manifestó en esta línea e insistió en que este proyecto es «fundamental».

No obstante, todos los agentes implicados son conscientes de que estos dos sectores, por sí solos, nunca podrán llegar a cubrir el hueco que dejan la térmica y el carbón, por lo que habría que atraer a todo tipo de empresas.

Por todo ello, Lambán lanzó un mensaje de tranquilidad a los habitantes de la comarca para que tengan la «absoluta certeza» de que las administraciones son «perfectamente conscientes» de la gravedad del problema.