Los afectados por las riadas de la cuenca del Ebro (Asafre) y los sindicatos UAGA, ASAJA, UPA, ARAGA y FACA junto al sindicato de Riegos Acequia de Quinto y Ferebro, se concentraron ayer en Villafranca para reivindicar la limpieza del río. Casi un millar de personas acudieron a la llamada de los colectivos agrarios y llegaron a cortar la N-II a su paso por la localidad en dos turnos de quince minutos con los treinta tractores que escenificaron el hartazgo de la ribera ante lo que consideran una regulación ambiental abusiva que pone en riesgo su modo de vida.

El acto, que también sirvió como llamada de atención a las autoridades por los constantes retrasos en el pago de ayudas, se consideró un «logro importante» pues agrupó a más manifestantes que en convocatorias anteriores. En los campos cercanos a la carretera se congregaron un buen número de familias, algunas de ellas con niños pequeños.

sin incidentes / El alcalde de Villafranca de Ebro, Roberto González (PAR), señaló que la limpieza del cauce del río es obligatoria si se quiere evitar la muerte de las zonas ribereñas. «Nos encontramos con una política ambiental absurda que no tiene en cuenta nuestra realidad», aseguró. Según el regidor, la última vez que se sacaron las gravas del cauce fue hace cuarenta años, una época en la que las inundaciones no se repetían cada primavera.

La manifestación, en la que no se produjeron incidentes con la Guardia Civil a pesar de que los cortes de la vía no estaban autorizados, sirvió para ejemplificar el cansancio del homo sapiens agricolis, según bromeaban, y la falta de atención que reciben. «La gente del mundo rural ha demostrado que es pacífica, por eso nunca es tenida en cuenta», sentenció el alcalde.

Los vecinos, que leyeron el manifiesto reivindicativos subidos a un remolque, portaron lemas como Ebro limpio, pueblos vivos o La ribera unida no se rinde. Con chalecos amarillos tomaron la calzada en diferentes momentos de la protesta, en la que también se sirvió un almuerzo improvisado por los asistentes.

Por su parte, la alcaldesa de Pina de Ebro, Marisa Fanlo, incidió en la necesidad de retirar gravas y vegetación de las laderas del Ebro para que las riadas puedan tener zonas de alivio. Aunque siempre sin olvidar la conciencia ecológica, pues creen que ambos intereses no son incompatibles. «Un dragado no implica llenar de maquinaria el río, supone realizas canales por los que el agua circule con más velocidad sin encontrarse con barreras», dijo.

La regidora de CHA explicó que la propio Confederación Hidrográfica del Ebro ya ha tenido en mente actuaciones de este tipo, como en la gran isla que se forma entre Osera y su localidad. «Por falta de dinero o de interés se acabó abandonando», lamentó.

abandono / El éxito de este tipo de concentraciones supone para los vecinos de las comarcas que atraviesa el Ebro una forma de plantar cara al abandono. «Las promesas siempre se producen en las semanas siguientes a una riada, pero luego hace falta financiación y planificación para todo el año», destacó.

La manifestación de ayer culminó el ciclo de movilizaciones del último mes, con dos convocatorias previas similares. Si no obtienen respuesta por parte de las administraciones no descartan seguir en la calle.