Frutos Secos El Rincón ha seguido al pie de la letra uno de los mantras más repetidos últimamente en el sector de la alimentación y la distribución. Aquel que asegura que ganar tamaño será clave para seguir creciendo en un mercado tan competitivo como el actual. Eso es precisamente lo que ha llevado a la compañía fundada por Antonio Flamenco a comprar la cadena Martín Martín y convertirse así en el mayor grupo aragonés de comercio minorista. La operación, que dará lugar a una firma compuesta por más de 1.000 empleados y 151 tiendas, nace con el claro objetivo de seguir expandiendo la compañía, tanto en Aragón como en el resto del país. De hecho, Flamen&Co (así se denominará a partir de ahora el grupo) prevé abrir diez establecimientos de cada una de las enseñas en el plazo de un año, con lo que se crearán cerca de 200 nuevos empleos.

Estas buenas expectativas laborales no se quedarán aquí, ya que la empresa prevé seguir creciendo en los próximos años. «Esperamos mantener este ritmo de aperturas a medio plazo, aunque también dependerá de que encontremos los locales adecuados», subrayó ayer el director general de F&C, Antonio Flamenco, tras presentar el nuevo grupo en la sede de CEOE Aragón.

Lo que dejaron claro tanto Flamenco como el hasta ahora máximo responsable de Martín Martín, José Antonio Domingo, es que el grupo resultante no prevé cerrar ninguna tienda, ni siquiera en el caso de que ambas enseñas se solapen en la misma calle. «Nuestras marcas coexisten y se complementan; tenemos establecimientos muy próximos y nos ha ido bien hasta ahora», aseguraron. Así, se mantendrá el empleo actual, incluso en los puestos directivos.

Lo que también permancerá inalterable serán las marcas, los rótulos y hasta el surtido de productos. «Queremos mantener la misma percepción de marca; El Rincón, por ejemplo, no venderá encurtidos», ejemplificó Flamenco.

La operación otorgará indudables ventajas competitivas a ambas firmas, ya que podrán aprovechar sinergias, optimizar algunos servicios y se elevará la capacidad para competir con grandes empresas. «Por ejemplo, una mayor capacidad de compra nos permitirá negociar mejor con los proveedores y posicionarnos con más fuerza fuera de Aragón», apuntó Flamenco.

LA RIOJA O NAVARRA / En este sentido, el empresario zaragozano indicó que sobre todo prevén expandirse en las comunidades vecinas como Navarra o La Rioja por motivos de costes logísticos. «El hecho de ubicarnos en Zaragoza es una ventaja a este respecto; tenemos mucho sitio para crecer», añadió Domingo, que a partir de ahora será uno de los tres directores ejecutivos del grupo.

Según apuntaron ambos directivos, la intención es mantener la misma estrategia comercial que hasta ahora, por lo que El Rincón seguirá apostando más por abrir en el centro de las ciudades y en las grandes superficies, mientras que Martín Martín se centrará más en los barrios.

Para acometer la apertura de esas 20 tiendas (la primera se inaugurará el 26 de julio en Huesca y será de Martín Martín), el grupo invertirá unos dos millones de euros, mientras que destinará otro millón a modernizar, digitalizar y mejorar los espacios y el servicio de atención al cliente. No en vano, será necesario realizar reformas en la sede que El Rincón tiene en Torrero (en la calle Tierno Galván) para acoger al equipo de administración de Martín Martín, que llegará desde Plaza. Precisamente, en este almacén de Plaza se concentrará toda la logística del nuevo grupo, ya que El Rincón dejará libre el espacio que ocupa ahora en el Tostadero de frutos secos de Buenola, en Cogullada.

La operación ha estado asesorada por Félix Longás, presidente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón (AIAA), que ayer calificó la integración como «una gran noticia para Aragón». «Es un ejemplo de visión de futuro; ojalá tuviéramos más noticias de este tipo en la comunidad porque el objetivo fundamental es ganar dimensión», señaló. En este mismo sentido, Domingo tildó de «muy beneficiosa» la operación para Martín Martín.

LOS SINDICATOS, VIGILANTES / Por su parte, los sindicatos UGT y OSTA anunciaron ayer que estarán vigilantes para que la integración no tenga repercusiones sobre las plantillas de ambas compañías. «El compromiso con el empleo debe ser una obligación», indicaron las centrales, que vigilarán que no se produzcan «efectos colaterales» entre la plantilla de ambas empresas, «dada la experiencia de otras fusiones». Además, ambos sindicatos mostraron su malestar ya que la mayoría del comité y de los trabajadores se enteraron de la noticia a primera hora de la mañana de ayer mediante diferentes publicaciones en prensa.