Semana Santa es una de las etapas preferidas por los ladrones especializados en saquear viviendas para hacer su particular campaña, junto a otros periodos vacacionales como son la Navidad o el verano. Este año, a diferencia de los anteriores en los que hubo un importante repunte en la capital aragonesa con una veintena de asaltos, esta actividad delincuencial se ha reducido de tal modo que se han registrado tres denuncias. A las puertas de esta celebración, el Grupo de Robos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón consiguió desarticular una banda itinerante de origen georgiano que se había vuelto a fijar en Zaragoza. Llegaron a desvalijar hasta seis casas antes de que fueran detenidos sus cuatro miembros.

Esta operación policial constituye para el inspector, jefe de este grupo, Fernando Sánchez la causa del descenso puesto que «no solo se evitó que esta organización criminal campara a sus anchas en la ciudad, sino que también fue una llamada de atención al resto de ladrones». Para ello, tal y como resalta este mando policial, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) mantiene activado un plan de vigilancia. Fruto de la misma, en lo que va de año, han sido arrestadas 20 personas.

AFINCADOS / Los robos cometidos durante esta Semana Santa en la capital aragonesa han sido cometidos, según las investigaciones, por ladrones afincados en la ciudad. Su modus operandi, más simplificado y con menos precisión, puesto que suelen romper puertas y ventanas para acceder a las casas, les ha delatado.

Sanchez apunta a que, hasta la fecha, las organizaciones criminales procedentes del este de Europa, principalmente georgianas y serbias, habían conseguido desplazar a los ladrones afincados en Zaragoza cuya forma de actuar es muy diferente, puesto que los golpes que dan suelen ser más espaciados en el tiempo. Sin embargo el Grupo de Robos de la Policía está observando que «las constantes detenciones han extendido el mensaje de que Zaragoza no es una ciudad fácil para enriquecerse de esta manera». A pesar de ello, el inspector reconoce que «no hay que bajar la guardia en ningún momento».

El robo de viviendas en la capital aragonesa se ha renovado de forma constante. En los años 2002 y 2003 los responsables de dichos delitos solían ser bandas colombianas. Estos individuos en un solo mes llegaron a desvalijar una treintena de casas zaragozanas mediante dos procedimientos: el escalo por una fachada para acceder a través de una ventana o forzando puertas con palancas. Fue a partir del 2008 cuando comenzaron a llegar organizaciones de países del Este. A ellos se añaden casos puntuales como los chilenos que fueron detenidos en el 2017 y a los que la Policía atribuyó el asalto de un centenar de chalets en urbanizaciones de Zaragoza.

En la actualidad, la mayoría de los domicilios desvalijados se localizan en los distritos Centro y Universidad, aunque en la última operación llevada a cabo por la Policía Nacional se demostró que también actúan en otros barrios como Delicias, Juslibol o en la zona del Gancho. Esto hace pensar a los investigadores que los ladrones ya no discriminan entre zonas. El perfil del ladrón suele ser de dos tipos. Los clanes serbocroatas, compuestos en su mayor parte por mujeres jóvenes de buena apariencia, aprovechan el horario comercial y actúan camuflándose con el resto de viandantes; los georgianos actúan en pequeños grupos de tres o cuatro individuos y se dedican a marcar las puertas con pequeños plásticos a modo de señuelos para seleccionar las viviendas que se encuentran vacías y regresar al día siguiente a robar.

Ante ello, la Policía recomienda asegurar que las puertas y ventanas de la vivienda quedan perfectamente cerradas, clausurar la entrada con llave incluso si se va a ausentar del domicilio por un breve espacio de tiempo, no desconectar el timbre y no esconder una llave de emergencia en las proximidades de la casa.