El plan del Ayuntamiento de Zaragoza para reconstruir el estadio de La Romareda su mismo entorno urbano y levantar un centro comercial que financie la operación es ahora un proyecto más de la Expo 2008. El teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar, considera que la elección de la capital aragonesa como sede de la muestra ha dado un giro sustancial al proyecto: el nuevo campo de fútbol debe ser un punto clave de renovación urbana de cara a la cita internacional, y tiene un estricto calendario que cumplir para llegar al 2008.

Con este planteamiento, el consistorio pide a la DGA que decida cuanto antes si da o no el visto bueno a la operación. El pasado viernes, el Consejo de Ordenación del Territorio de Aragón (COTA), que depende de la consejería de Obras Públicas, informó desfavorablemente sobre el proyecto y exigió a Urbanismo estudios detallados del impacto que causará un estadio con más plazas y un centro de oficinas y tiendas sobre el entorno de La Romareda, incluidos el Miguel Servet, el parque de Bomberos y el cuartel de Policía Local.

El ayuntamiento tiene prácticamente listo el informe de tráfico y el que se refiere a las necesidades específicas de emergencias del Servet, pero no contaba con la petición de datos que justifiquen la decisión de dejar el campo donde está, en lugar de trasladarlo. "Elegir dónde se ubica el estadio es una cuestión municipal; además, la modificación que pedimos no afecta al uso deportivo, ya contemplado", asegura Gaspar.

Quien decide en última instancia si se cambia o no el Plan General para hacer posible la operación Romareda es el COTA y, tras confirmarse el viernes la devolución del expediente al ayuntamiento, Gaspar pide agilidad al Gobierno autónomo. "No tenemos más de 15 días o un mes para decidir sobre este asunto, porque con la Expo el calendario es muy distinto. El proyecto tiene que estar en verano, para poder acabar las obras en abril o mayo del 2008 como máximo".

El consistorio confía en el "compromiso" del consejero de Obras Públicas, Javier Velasco, de que el plan pueda salir adelante una vez ajustadas las cuestiones del tráfico y de los accesos al Servet, que deberán detallarse en el proyecto.

El propio Velasco se mostró mucho más conciliador con el consistorio en sus declaraciones públicas tras la reunión que el propio consejo. Mientras que en el acuerdo del COTA se cuestionaba la decisión municipal de que el estadio se quede donde está, y de que haya que financiar su reconstrucción con un nuevo centro comercial en la misma zona, el consejero aseguraba que la DGA "no entra a valorar la ubicación, que entendemos que en este momento corresponde al ayuntamiento".

Sin embargo, sí quiere garantizar que los cambios previstos no perjudicarán a los equipamientos de la zona. "Aunque el Plan General reconoce esa ubicación para el campo de fútbol, al provocar una modificación, tiene unos efectos sobre los otros servicios que tenemos, y hay que tener tener documentado que van a poder funcionar armónicamente", aseguró.

Para Gaspar, la devolución del expediente plantea problemas que en lo técnico "se pueden solventar. Otra cosa es que se planteen cuestiones políticas". "Lo que me preocupa no es lo que nos piden, que prácticamente lo tenemos hecho, sino el calendario que tenemos con la Expo, que está tasado. Hay que trabajar con seriedad".

En este sentido, Velasco precisó el viernes que el COTA se reunirá de urgencia para estudiar los nuevos informes que envíe el consistorio.