La nueva Romareda ya tiene una imagen definitiva. Un grupo de técnicos y políticos eligió ayer el proyecto del arquitecto madrileño Carlos Lamela entre los seis presentados por su volumetría, "que encaja con los planes del ayuntamiento", su "facilidad para desarrollar una obra compleja" y su ajuste económico, según explicó Antonio Fernández Alba, presidente del jurado. Los ganadores del concurso de ideas funden en un mismo conjunto arquitectónico el estadio y el edificio comercial de 42.000 metros cuadrados que servirá para financiar la operación.

Pese a garantizar el funcionamiento del campo con 30.000 localidades durante las obras, la propuesta prevé un plazo récord para ejecutar los trabajos: comenzarían el 5 de septiembre del 2005 y terminarían dos años después, en septiembre del 2007. Antonio Gaspar, teniente de alcalde de Urbanismo, confía en que la DGA de el visto bueno definitivo al plan el próximo mes de enero; ayer aseguró que el proyecto elegido es "seguro" y que reduce, además, las afecciones de ruido que provoca la actual Romareda al vecino Hospital Miguel Servet.

Lamela, el ganador, cuenta con amplio currículum en el que destaca en el aspecto deportivo la reforma del estadio Santiago Bernabeu de Madrid. Ha diseñado el futuro campo sobre una plataforma de usos comerciales por la que se circulará aunque no se acuda específicamente a ver un partido. La cubierta protege el 100% de las gradas y tiene además un elemento diferenciador: captará energía fotovoltaica para reducir los gastos de funcionamiento del complejo.

La Romareda pasará a tener 42.600 plazas --ahora cuenta con unas 34.500-- y el graderío estará dividido en dos pisos, de forma que sea más fácil y rápida una eventual evacuación de emergencia. Los accesos, situados entre ambas plantas, estarán a la altura de la plataforma.

Carlos Lamela ha preferido cambiar el modelo de torre de gran altura que presentaba el primer dibujo que se hizo del centro comercial y en su proyecto apuesta por un edificio-pórtico que sirve de fachada principal del campo sobre la calle Eduardo Ibarra, convertida en una gran plaza peatonal de 25.000 metros cuadrados.

Este bloque, que acogerá oficinas, hotel y tiendas, tendrá 14 plantas, la misma altura de las construcciones de viviendas del entorno. A lo largo, cubrirá todo un lateral del estadio y su anchura será de 18 metros.

En el concurso se pedía un anteproyecto, pero el diseño ganador detalla cómo lograr el reto técnico más difícil: reconstruir el estadio en el mismo lugar que ocupa --el cesped no se mueve ni un metro de su sitio--, en un plazo de tiempo escaso y asegurando que el real zaragoza pueda jugar la liga y otros torneos ante 30.000 espectadores. Gaspar destacó que el elegido es el mejor "en diseño y en soluciones técnicas".

EL ESPACIO El tratamiento del espacio también se ha tenido muy en cuenta; el nuevo campo tendrá más plazas, pero ocupa prácticamente la misma superficie que el actual. La organización de la obra y su estructura permite ceñir el proyecto del estadio a los 57 millones de euros establecidos en el pliego de condiciones.

El plan Romareda está pendiente aún del visto bueno de la DGA, que el viernes pasado devolvió el proyecto al consistorio alegando problemas de tráfico y de accesos al Servet, además de cuestionar el el emplazamiento elegido por el consistorio. gaspar señaló ayer que el proyecto de Lamela "despejará muchas de las dudas que tenía el Consejo de Ordenación del Territorio".

Destacó en este sentido que el el estadio "no se desplaza hacia el hospital, se queda donde está" y aseguró que las afecciones de ruido serán menores que las actuales. En cuanto al tráfico, aseguró que en breve se remitirá a la DGA un estudio externo encargado hace unas semanas.