La Ronda Norte, una vía ya de por sí sobreutilizada, se colapsa habitualmente con motivo de los masivos desplazamientos en automóvil que se producen durante las vacaciones de verano, Navidad y Semana Santa y también en los largos puentes festivos repartidos a lo largo del calendario. La infraestructura viaria, que canaliza el tráfico entre Cataluña y Madrid y entre el Mediterráneo y el Norte de la Península, soporta a diario el paso de unos 80.000 vehículos, de los que una tercera parte son camiones. La operación retorno de Semana Santa volvió a poner ayer de manifiesto que resulta insuficiente para contener el tráfico que circunda la capital aragonesa.

El tráfico de la vía se duplicará en el año 2010

Los principales accesos a Zaragoza, y en primer lugar la Ronda Norte y la autovía A-68, se colapsarán en un plazo de seis años si no se toman medidas correctoras, según el Plan de Carreteras que el Gobierno de Aragón presentó a fines del pasado año. Ambas vías sufren una situación de saturación durante las horas punta de los días laborables y también época de vacaciones. En el caso de la Ronda Norte, al tráfico de largo recorrido en el noreste de la Península se une el de carácter local que generan los polígonos industriales, las áreas residenciales y las poblaciones del entorno de Zaragoza.

Tres carriles que se quedan pequeños

Los tres carriles que posee la Ronda Norte en cada sentido se quedan pequeños para absorber el tráfico que pasa a diario por la vía, en la que confluyen además la autovía de Logroño (A-68), el Cuarto Cinturón, la autovía de Huesca y la AP-68. De hecho, todas estas infraestructuras suelen sufrir problemas de congestión cuando el tráfico se ralentiza en la Ronda Norte, dado que esta vía es la pieza fundamental de la circulación tanto en la capital aragonesa como en el valle del Ebro. La progresiva entrada en funcionamiento de la plataforma logística Pla-Za agudizará el problema

. La solución: construir un quinto cinturón

El Gobierno de Aragón considera que el problema de saturación de tráfico que vive a diario la Ronda Norte requiere la construcción de un quinto cinturón que reordene el tráfico entre Madrid y Barcelona y el que circula por el eje Norte-Sur. La nueva vía desviará el tráfico antes de que se acerque a la capital aragonesa, con el fin de descargar los accesos a Zaragoza. Si no se lleva a cabo esta solución, la Ronda Norte no podrá soportar el paso de los más de 130.000 vehículos que la tomarán a partir del año 2010, según datos de la Administración autonómica.