Luisa Fernanda Rudi debía retomar la iniciativa en el debate sobre la regeneración democrática y lo hizo ayer. Justo una semana después de que votase en contra de eliminar aforamientos, algo que ella había propuesto días antes. Ante tal contradicción, la presidenta del Gobierno, aprovechando una junta directiva regional del PP, dio un paso más. Anunció que a partir del próximo lunes mandará una carta a todas las fuerzas políticas invitándolas a participar en una comisión de estudio, que luego devendrá en ponencia, para adoptar medidas como la eliminación de diputados, las listas abiertas o acortar las campañas.

"Los ciudadanos esperan hechos", dijo la presidenta. Y como de eso se trataba propuso la creación de esta comisión que echará a andar --en principio-- en septimbre. En ella se citarán a expertos, a juristas, y también a los agentes sociales para que den su opinión sobre las reformas que en su opinión precisan las instituciones. Es decir, qué se debe hacer para regenerar la vida pública. Las propuestas de Rudi ya se conocen: reducir diputados; eliminar aforamientos; acortar las campañas; que las listas sean abiertas, y que en ellas no haya personas con un juicio oral pendiente. Puede haber más, admitió ayer Rudi.

CARTAS A LOS PARTIDOS La próxima semana enviará las cartas, a la espera de una respuesta. Si es positiva se creará la comisión. De ser negativa, el PP propondrá en el Parlamento su puesta en marcha en solitario. Ante la posibilidad de que los populares no tengan apoyo suficiente, Rudi avanzó que todas sus ideas sobre la regeneración pasarán a engrosar el programa electoral de su partido.

Creen los populares que hay tiempo para que esta comisión trabaje y llegue a unos acuerdos que luego podrían retormarse en la próxima legislatura. El margen iría desde septiembre hasta marzo. Rudi ya tuvo un aperitivo en el Debate del estado sobre lo que la oposición, y su socio, el PAR, piensan de sus medidas. Nadie cogió el guante. Fue tachada de populista, tramposa y de querer recortar la pluralidad parlamentaria. Ayer la presidenta, al tiempo que anunciaba la creación de la comisión, criticaba a PSOE, CHA e IU por tener, a su juicio, una visión "corta de miras" y "beligerante" respecto a sus propuestas. "Solo pensaron en cómo les podía perjudicar".

Con estas críticas invitaba Rudi al debate y al acuerdo. Pero sobre todo trató de enmendar el error de su grupo, y de ella misma, al votar en contra de una de sus medidas. Ayer intentó justificarlo, sin admitir que fue un fallo. Señaló que las propuestas de resolución de la oposición, en las que se pedía la eliminación de los aforamientos, fueron "inconexas" y que "nada" tenían que ver con su discurso en el que apostó por "abrir el debate". Olvidó que también propuso eliminar aforamientos y que luego lo rechazó al cabo de 48 horas.

De ahí la desconfianza de la oposición, que vio en las medidas de Rudi una huida hacia adelante, tras un discurso huérfano de novadades, evidenciada tras el error en la votación y de nuevo demostrada con la propuesta ahora de crear una comisión de estudio en las Cortes. Sobre todo porque el anuncio llega una semana tarde, en un acto de partido, y lejos del Parlamento, donde ella puso sobre la mesa las medidas de regeneración, y donde ahora deberá trabajar la nonata comisión. El golpe de efecto está conseguido. Aunque sea en una tórrida tarde de viernes, en pleno mes de julio y con una comparecencia de última hora abierta a los medios vía plasma.