La ya expresidenta del PP de Aragón defendió su gestión tanto al frente del aparato del partido como su labor como jefa del Ejecutivo autonómico. Criticó el «igualitarismo de la izquierda» y lamentó que «una sociedad permanentemente subsidiada es imposible de mantener en el tiempo». «Quien promete eso está engañando a los aragoneses», apostilló.

Destacó que «el mundo feliz que algunos proclaman es imposible que pueda existir» y aseveró que todos «tenemos derechos y también obligaciones».

Rudi aseguró que durante su gobierno defendió el interés general, no el del PP solamente. «Pensar a largo plazo en interés de los ciudadanos y no gestionar un partido con la mirada corta», por lo que exigió «moderación, diálogo y respeto» como señas de identidad, sin avasallar a nadie ni intentar imponer sus criterios. Rudi aseguró que su Ejecutivo consiguió «mantener la calidad de los servicios públicos básicos, sanidad, educación y servicios sociales». «Hemos sido efectivos en esta materia», señaló, mientras apuntaba que «donde se miden los buenos gobernantes es cuando hay que hacer política con recursos escasos».

También tuvo palabras para Beamonte de quien destacó su trabajo, si bien se puso a su disposición en el supuesto caso en el que fuera necesario. «Corresponde abrir otra época», concluyó.