Minutos antes del inicio del Debate del estado de la comunidad el presidente de las Cortes, José Ángel Biel, habló con el portavoz del PAR, Alfredo Boné. Le dijo que la presidenta iba a anunciar la reducción de diputados, algo con lo que no estaban de acuerdo. Así sucedió. Durante 55 minutos Luisa Fernanda Rudi desmigó su discurso. En ese tiempo no hubo novedades; más bien el mecánico repaso de un oficinista a las tareas de tres años. Pero entonces lanzó la propuesta de "regeneración", que cambió el resto de su mensaje, y que condiciona, a buen seguro, el transcurso de las sesiones en el Parlamento: reducir el número de diputados; eliminar los aforamientos; desbloquear las listas electorales; prohibir que los afectados por la apertura de un juicio oral estén en listas electorales y hacer campañas electorales más breves.

Rudi elige el final de la legislatura para hacer una propuesta que difícilmente saldrá adelante a corto plazo. Sabía que su socio se opondría. Lo había hablado hace unos días con José Ángel Biel y este ya le dejó claro su desacuerdo. La presidenta siguió adelante, consciente de que la coalición toca a su fin, que las elecciones están a la vuelta de la esquina y que el resultado de los próximos comicios es una incógnita. Desde su entorno aseguraron que era el momento, que antes no tenía sentido porque el PAR no lo habría aceptado. Ahora es distinto. Fue una forma de marcar distancias. De ahí que remarcase que la propuesta la hacía como presidenta del PP. Aunque en la tribuna del Parlamento hablase como líder del Ejecutivo, no de su formación. Como no puede ser de otra forma en la Cámara legislativa.

La propuesta de la presidenta no gustó a nadie. Los grupos con menor representación, CHA e IU --también el PAR, claro-- lo vieron como un ataque directo, al interpretar que lo que se quiere es potenciar el bipartidismo. Los populares argumentan sin embargo que con algunas de las proyecciones que tienen serían ellos los más perjudicados. Se baraja la posibilidad de pasar de los 67 diputados actuales a 59. En ellas, el PP perdería cuatro representantes, tres el PSOE y uno IU. Faltan variables, como los nuevos partidos que podrían entrar en el Parlamento y cuyo protagonismo podría modificar el mapa y haría que el resultado fuese impredecible.

Los socialistas dudaron de la legitimidad de la presidenta para hacer una propuesta de estas características, cuando está cobrando "sobresueldos", en palabras del portavoz del PSOE, Javier Sada. Su jefe de filas, Javier Lambán, estuvo hablando con algunos de los líderes del resto de los partidos para conocer su opinión. Llamó a Alfredo Boné (PAR), por ejemplo, nada más terminar la sesión. Ambos coincidieron en que la medida es "inviable" a corto plazo. "Hace falta talante y talento", dijeron. Resultó llamativo también que Rudi empezase su discurso criticando los populismos y se descolgase al final con unas propuestas que para los grupos de la oposición tienen esa misma esencia. Hace 20 días, cuando CHA propuso también suprimir el aforamiento, Rudi tildó la iniciativa de "oportunista".

Para reducir el número de diputados sería necesario cambiar el Estatuto de Autonomía, algo que requiere de un consenso amplio, y que precisa de la aprobación en el Congreso y el Senado. Otras propuestas exigen cambiar leyes estatales, como la electoral. Los populares apuestan por crear un grupo de trabajo en septiembre con todos los partidos y también con los agentes sociales y estudiar las medidas. Y las elecciones a la vuelta de la esquina. Rudi explicó que las medidas "pueden contribuir a hacer posible una nueva relación, más cercana y más equilibrada, entre los políticos y la sociedad".

Rudi vinculó la eliminación de diputados y sus aforamientos, así como las listas abiertas, o la prohibición de que personas con juicios orales pendientes sean candidatas, a las medidas de regeneración democrática. Solo así, vino a decir, será posible restablecer el "vínculo de confianza esencial entre los gobernantes y los gobernados", dijo.