Algo tiene el azar que a pesar del auge de las ventas por internet se está atreviendo a lanzarse a la calle abriendo nuevos establecimientos en los que poder jugar, apostar y a la vez, dicen los propietarios, socializar. Porque esta es la única gran diferencia con cualquier portal de internet como los que se anuncian en televisión, que casi siempre se acompaña de una oferta hostelera para atraer una clientela cada vez más joven. Y parece ser la fórmula del éxito que en Zaragoza ha conseguido que el número de establecimientos de este tipo haya crecido un 51,8% en tan solo 5 años. El número de licencias concedidas y de traspasos de negocio ha pasado de las 54 que había a finales del 2013 a los 82 que ya hay en la capital aragonesa.

De los 28 nuevos locales que se han estrenado en el último lustro -bingos, casinos y casas de apuestas-, once lo han hecho en el último año, y siete en el barrio de Delicias. Lo que para algunos, los más críticos con estos negocios por los riesgos de generar adicción -ludopatía-, es una cuestión de búsqueda de clientela en zonas más deprimidas de las grandes ciudades (como se está denunciando en Madrid, por ejemplo), para otros, la patronal del azar, los motivos atienden a razones estrictamente económicas, como el ahorro que generan algunos barrios en cuanto al coste de los alquileres.

LA ESTADÍSTICA EN 20 AÑOS

¿Son estos establecimientos los que buscan a su clientela potencial, cada vez más jóvenes según los expertos, o es al revés? Es complicado sacar conclusiones de la fría estadística, pero atendiendo las licencias que el ayuntamiento de Zaragoza ha concedido en los últimos años no parece que sea fruto de la casualidad. Datos como que en solo una década el número de establecimientos se haya duplicado. Si entre el 2014 y el 2018 se han dado un total de 24, en los cinco años anteriores, los más duros de la crisis económica para los hogares, fueron un total de 20.

En solo diez años, se han duplicado los 34 establecimientos que había en el 2008, cuando en teoría se gozaba de bonanza económica, pasaron a ser 54 cinco años después y hasta llegar a 78 a finales del 2018. Casi resulta anecdótico que una década antes, a finales de los años 90 del siglo pasado, solo existían 6 establecimientos de este tipo.

Son de esa época algunos de los históricos bingos como el Centro Gallego de la calle Santa Inés (1984) o el Bingo Don Nicanor (1981), en José Pardo Sastrón, ambos en el Casco Histórico; o el Salón Roma de la calle Santander (1997) o el Bingo Roma (1987), en la plaza del mismo nombre, ambos en el barrio de Delicias.

Son solo unos ejemplos que pertenecen a los dos distritos que, dos décadas después, más establecimientos de este tipo acumulan, 16 en cada uno de ellos, el 39% de la oferta de juegos de azar disponible en toda la ciudad. El centro de Zaragoza, como otros muchos locales dedicados al ocio, por la afluencia de gente, y el de Delicias, por ese abaratamiento en los alquileres o también porque cuenta con más de 100.000 vecinos.

Eran y son los que más negocios del azar tienen instalados y eso que en los últimos años, en otros como Las Fuentes (11), La Almozara (4) y San José (3) han ido apareciendo con más frecuencia. Estos cinco distritos de Zaragoza aglutinan el 60,9% de toda la oferta de la ciudad. Y algún denominador común debe tener que no se acaba de definir con claridad, pero quitando el Casco, en estos barrios se concentran numerosas familias de clase trabajadora y de ingresos medios y bajos. No en vano, el de Las Fuentes es el de menor renta per cápita de la ciudad. ¿Por qué llevar allí 11 locales de juego y apuestas?

Otro de los focos más relevantes de la capital aragonesa en cuanto a la concentración de locales de este tipo es todo el entorno del campus universitarios. No es una cuestión aparte la alerta que algunos expertos están haciendo sobre el incremento de usuarios cada vez más jóvenes. Solo en el distrito universidad se han producido hasta once licencias nuevas y traspasos de actividad en este periodo. Y la explicación es igual de difusa.