Lo logramos. Quiero iniciar estas líneas con una felicitación muy especial a todos los aragoneses por el éxito que ha supuesto lograr la Exposición Internacional de 2008 para Zaragoza. Han sido los ciudadanos quienes han empujado a las instituciones en la promoción de la candidatura y quienes también han implicado a las empresas en un proyecto común. La candidatura ha sido un éxito de todos, una empresa de todos. Es el triunfo de la ilusión colectiva, es el espíritu 2008. Entre todas las emociones vividas el jueves en París, me viene a la cabeza una imagen que representa esa Zaragoza que queremos ver, ese consenso que suma y que ahora tenemos el reto de aprovechar para ponernos en el mapa de las ciudades que son referencia a nivel internacional. Esa imagen es la del actual alcalde, Juan Alberto Belloch, y el anterior, José Atarés, juntos en la rueda de prensa tras anunciarse el triunfo de Zaragoza, una imagen que representa la Zaragoza que queremos ver.

La Exposición Internacional de 2008 es el empujón definitivo que necesita la ciudad para acelerar su desarrollo y repercutirá además en toda España. Entre todos hemos logrado algo histórico: en 16 años, nuestro país es de los pocos del mundo que ha tenido dos exposiciones. Zaragoza va a convertirse en una ciudad de referencia mundial para fomentar el desarrollo sostenible, tema central de la exposición.

DISFRUTEMOS del éxito unas horas, pero comencemos ya a trabajar. Queda una labor dura y que ha de basarse en el espíritu emprendedor de los aragoneses. Como presidente de la Cámara de Comercio e Industria y de la Feria de Zaragoza, no tengo ninguna duda de que la apertura internacional de nuestra economía y el vigor de nuestras empresas constituyen activos que garantizan el éxito de la Exposición Internacional de 2008.

Ya tenemos ejemplos de nuestra capacidad de gestión: la Exposición Hispano-Francesa de 1908 y el Salón Internacional del Medio Ambiente y el Agua (Smagua). La Exposición de 1908 constituyó un ejemplo de integración entre los criterios empresariales y los sociales, además de un éxito de gestión: el proyecto se cerró con un gran número de visitantes y con superávit sobre el presupuesto previsto. En 1908 arrancó la transformación de Zaragoza, testigo que ahora recogeremos en 2008 para diseñar la ciudad del siglo XXI.

Asimismo, la Feria de Zaragoza apostó hace más de 30 años por el agua y Smagua se ha convertido en un referente internacional sobre la tecnología ligada al medio ambiente y al H20, ahora el ZH20. Más de 30.000 visitantes profesionales y 1.300 expositores en la edición de 2004 nos recuerdan que Zaragoza hace décadas que decía algo en el mundo del agua y el desarrollo sostenible.

Quiero aprovechar estas líneas para lanzar un reto: la Expo 2008 nos abre una magnífica oportunidad para situar nuestra Feria entre las mejores de Europa. La Expo 2008 y la Feria de Zaragoza tienen que generar sinergias, que consoliden nuestros mejores certámenes y que abran posibilidades a nuevas iniciativas. No olvidemos que vamos a ser el único recinto ferial de España (y de los muy pocos a escala europea) con una estación del tren de alta velocidad AVE en la puerta.

AMBOS EJEMPLOS, el éxito de la Exposición de 1908 y la referencia de Zaragoza en el mundo del agua, permiten ilustrar lo que supone para la ciudad y para todo Aragón la adjudicación de la Expo 2008. Sabemos que vamos a contar con las infraestructuras necesarias para acometer la Zaragoza del siglo XXI y que la ciudad recibirá inversiones por valor de 1.500 millones de euros. La ciudad ganará una nueva zona urbana, recuperaremos las riberas de nuestros ríos (no sólo el Ebro, sino también el Huerva, el Gállego y hasta el Canal Imperial), dispondremos de nuevos medios de transporte y la red viaria recibirá un impulso imprescindible.

MAGNIFICO, pero ¿nos conformamos con ese legado para la ciudad? Creo que podemos hacer mucho más: tenemos ante nosotros una oportunidad de valor incalculable para dar un salto tecnológico a Zaragoza y a Aragón. La Expo conlleva tecnología ligada a la obra civil y a las infraestructuras, como bienes de equipo y electrónica avanzada. También se crea tecnología relacionada con la gestión de servicios.

Es el momento de que nuestras empresas aprovechen el impulso para dar un nuevo paso hacia la innovación, la investigación y el desarrollo. El tema central de la Expo, el agua y el desarrollo sostenible, es fuente de tecnología y de generación de conocimiento, que se traducen en empleo y riqueza para la comunidad. En un contexto de economía globalizada, no podemos competir en costes a la baja, sino en tecnología, en ser capaces de crear más valor añadido y de gestionar mejor. Vamos a generar tecnología, innovación, conocimiento, para que nuestras empresas puedan competir en el siglo XXI. Es una labor de las empresas, de la Universidad, de las administraciones, de los ciudadanos. De nuevo, una empresa de todos.