Si existe una posibilidad de atajar el conflicto abierto en la empresa Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZ), esta debe empezar a fraguarse a partir del próximo miércoles en la reunión que ha convocado el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) y a la que están citados el comité y la dirección de la empresa. Un primer encuentro que se celebra para discutir la supuesta inaplicación del convenio por la que se plantea una reducción salarial para la plantilla del 9% y la congelación del sueldo hasta el 2016, a pesar de los 153 despidos que ya se han producido, pero que puede servir para poner freno a la escalada de tensión que ya ha empezado a llegar a las calles. Si no fructifica, "pensaremos en tomar decisiones" sobre la posible huelga, "incluso antes del 4 de septiembre", fecha en la que ya tenía previsto reunirse el comité para ello.

Es posible el acuerdo, o eso cree la representación de los trabajadores, cuyo presidente, Javier Anadón, anunció ayer a este diario que "trasladaremos una nueva propuesta a la empresa" pero que dependerá del espíritu con el que se presenten los responsables de la concesionaria. "Ni siquiera sabemos si van a sentarse los directivos de AUZ o los mexicanos del Grupo ADO". La clave de este posible cambio de rumbo está, en parte, en que "aceptaremos el planteamiento del ayuntamiento si la empresa da marcha atrás en esa reducción del 9%", afirmó el sindicalista.

El problema es que, en este caso, dos sí discuten si uno quiere, y la empresa quiere. Porque, según explicaron fuentes oficiales de AUZ, "el expediente de regulación de empleo terminó ayer (por el jueves) con la entrega de la última carta de despido y el ingreso del último finiquito", de manera que la cita del miércoles es "una reunión para hablar de la inaplicación del convenio, nada más".

ZANJADO

La dirección da por zanjado el ERE y los despidos son irreversibles. No hay vuelta atrás y cualquier intento por mezclar ambos expedientes es solo una maniobra para despistar, porque el plazo de consultas expiró el pasado día 2.

De manera que Anadón ya adelantó cuál será el resultado: "Si la empresa da por zanjado el ERE, se ha acabado cualquier posibilidad de acuerdo". Las posiciones siguen tan enconadas como hasta ahora, y la presión social, el drama que han vivido los trabajadores que han sido despedidos de forma traumática o la indignación y tensión que se vive en el interior de la plantilla no va a disuadir a la dirección. O eso dice. Mientras Anadón le recordó que "el conflicto no es solo laboral, sino también social".

Esta decisión puede dar al traste incluso con la posibilidad de renegociar las condiciones del ERE con el Gobierno municipal. Sí, tanto el comité de empresa como el ayuntamiento defienden que "aún se puede revertir" esos despidos, aunque hayan recibido la carta y hayan cobrado esas indemnizaciones. Un encuentro al que Anadón afirmó ayer que acudiría. "Si nos llama el ayuntamiento, vamos mañana mismo, porque sí que aceptamos su propuesta, pero sin la reducción del 9%", dijo.