El Ministerio de Sanidad prohibirá la venta al público en herbolarios y comercios naturistas de 151 plantas tradicionales, cuyo uso quedará restringido exclusivamente a la elaboración de especialidades farmacéuticas, cepas homeopáticas y a la investigación. Así lo establece un proyecto de real decreto, previsto para la próxima primavera, que detallará las plantas de venta libre para uso medicinal en herbolarios y las diferenciará de las que tienen propiedades terapéuticas y sólo se podrán vender en las farmacias.

Entre los productos cuya venta será totalmente vetada fuera de las farmacias figuran las plantas y preparados de sustancias tóxicas o con efectos estimulantes, que "han desarrollado un peligroso comercio, con fines lúdicos y recreativos", indica el proyecto. Muchas de ellas se comercializan en las llamadas smart shops .

El último borrador también reduce la lista de plantas consideradas de uso tradicional y, por tanto, vendibles dentro y fuera de la farmacia, que pasa de 210 especies a 175. Entre ellas, pierden esta condición --por lo que sólo podrían dispensarlas los farmacéuticos-- algunas de las más populares y distribuidas de los herbolarios como hipérico, meliloto, frángula, harpagofito, cáscara sagrada y valeriana.

A LA ESPERA DE LA UE La nueva norma, que actualizará la legislación todavía vigente de 1973, espera la aprobación del Parlamento Europeo de una directiva que regulará la venta de plantas medicinales en la UE.

"El decreto está más que madurado. Como llevamos 15 años trabajando en él podemos aprobarlo 15 días después de que la directiva comunitaria tenga luz verde", dijo Fernando García Alonso, director general de Farmacia y Productos Sanitarios.

El sector farmacéutico, a su vez, reclama de forma moderada la venta de estos productos, que, a diferencia de lo que ocurre en los herbolarios, ofrece exclusivamente si las presentaciones vienen envasadas de origen. Los boticarios, en cualquier caso, se consideran autorizados para dispensar estas plantas ya que, afirman, la botánica forma parte de su formación universitaria. El colectivo de herbolarios, no obstante, discrepa de que los farmacéuticos dispongan de experiencia sobre el tema.

EL CONTROL La norma enfrenta a farmacias y herbolarios, en un momento en el que las primeras se sienten agraviadas por la rebaja en el precio de algunos medicamentos. Las farmacias tratan de recuperar el control sobre productos que consideran que nunca deberían haber salido de su dominio --algo que sucedió a mediados del siglo pasado--, y los herbolarios intentan mantener un mercado que, en muchos casos, conocen mejor que los farmacéuticos y que, además, no deja de crecer. Actualmente, sólo el 35% de los productos herbales se vende en farmacias. El 65% restante se distribuye en herbolarios y parafarmacias.

Los farmacéuticos piden se evite la venta libre de muchos productos, y apelan a la salud de los ciudadanos. Pero el Gremio de Herbolarios, que emplea indirectamente a 25.000 personas, defiende la profesionalidad del sector y denuncia que la retirada de productos naturales que realiza Sanidad obedece a un problema de etiquetaje, o a la presión de la industria farmacéutica, y no a un riesgo para la salud.

El Ministerio de Sanidad ha retirado 160 productos de herbolarios en los últimos dos años. Se ha basado en la ley del Medicamento de 1990, que establece que no se pueden vender productos naturales con indicación terapéutica --prospecto-- fuera de las farmacias.

La Asociación Española de Herbodietética y de la Medicina Natural (Aedher) advierte de que la mayoría de naturistas usa productos registrados por la Agencia del Medicamento, y que si se venden en herbolarios es porque las farmacias no se han interesado por ellos hasta ahora, cuando su venta ha "alcanzado un volumen económico considerable". Esta sería, a su juicio, la verdadera motivación para reclamar esta venta.

"El asunto siempre será conflictivo, pero vamos a intentar atemperarlo --dice García Alonso--. Nos queda por solventar el canal de distribución, en farmacias o herboristerías, de algunos productos. Intentaremos buscar una solución que satisfaga a todos, aunque eso resulta imposible".

Fijar la frontera entre hierbas o plantas medicinales, con efecto terapéutico, y las que no tienen ningún efecto de ese tipo será uno de los puntos más complejos de definir, coinciden unos y otros. "Cualquier planta, como cualquier alimento tomado en exceso o en dosis exageradas, puede ser nociva", apuntan los herbolarios. La experiencia del que dispensa es, por tanto, básica, salvo si la planta ya viene envasada como cualquier otro fármaco.

Este punto deberá ser consultado, a juicio de los herboristas, con la industria especializada en la recogida y el envasado de plantas medicinales, un sector de creciente poder económico en España.